Michelle Obama pidió ayer a estudiantes de instituciones públicas y privadas hacer un sitio en su mesa a quienes aún no tienen acceso a la educación superior y despojarse de la idea de buscar sólo el éxito propio.

Aclaró que eso no implica hacer voto de pobreza o encabezar un movimiento, pero sí asegurarse de que otros jóvenes disfruten de las oportunidades que merecen.

Selló el mensaje con un sí se puede –en español e inglés–, y de ese modo desahogó en la Universidad Iberoamericana (Uia) uno de los temas centrales de su agenda internacional: la juventud, en este su primer viaje internacional sola desde que su marido, Barack Obama, está en la Casa Blanca.

También, al llegar a Los Pinos, la esposa del presidente de Estados Unidos recibió información respecto a los programas del gobierno mexicano para combatir la drogadicción y sobre otras políticas públicas para atender la obesidad y la diabetes, así como el grave fenómeno de la migración infantil.

Michelle Obama, quien en su etapa de formación académica realizó estudios de artes en Princeton, conoció ayer el Museo Nacional de Antropología. Recorrió las salas Mexica y Teotihuacana. Y quedó impresionada, según diría ella misma por la noche a la directora del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Consuelo Sáizar. La funcionaria le respondió que eso apenas es una muestra de lo mucho que tiene la cultura mexicana.

Ahí, ella y Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón, escucharon un coro de niños con alguna discapacidad (entre ellos integrantes de centros de Atención Múltiple y de la Escuela Nacional de Ciegos) y otros provenientes de Ciudad Nezahualcóyotl, con música de la Orquesta Carlos Chávez, del CNCA. Y en menos de una hora, el programa se cumplió.

Enseguida, la comitiva de Michelle Obama se dirigió a la primaria pública 7 de Enero, apoyada por el Colegio Americano. Sencillos carteles de bienvenida, niños divertidos vestidos con ropa deportiva y maestros entusiastas la recibieron. Ella se sumó a las rondas y a los ejercicios de los alumnos, de quienes se despidió cercana y afectuosa.

Mientras, al poniente de la ciudad la esperaban unos 3 mil 200 jóvenes en la Uia. Provenían lo mismo de escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) que de instituciones privadas. Antes de salir a la explanada central, Michelle Obama concedió varias entrevistas a cadenas de televisión.

Su discurso tuvo un sello motivacional, con alusiones lo mismo a Benito Juárez que a Juana de Arco, la Madre Teresa, Abraham Lincoln, Ghandi y Mandela. También recurrió a su biografía personal y a la de su marido, muestra –dijo– de que el potencial se encuentra en los lugares más imprevistos.

Margarita Zavala acompañó a la esposa de Barack Obama en su recorrido por el Museo Nacional de AntropologíaFoto Carlos Ramos Mamahua

Violencia e inseguridad, dolorosa realidad: José Morales Orozco

Pero el rector de la Uia, José Morales Orozco, en su discurso de bienvenida aludió a otros temas: en México –señaló–, la violencia y la inseguridad se han vuelto una dolorosa realidad presente en medio de nuestra convivencia social. Tienen raíces múltiples y complejas, pero hay que destacar la corrupción, la impunidad y la falta de acuerdos sobre la estrategia a seguir para combatirlas.

Para los jóvenes –subrayó– no pasan por alto, como otras causas de la violencia, la desigualdad social y la falta de oportunidades de desarrollo para un alto porcentaje de la población. Y expuso: abrir oportunidades para nuestros jóvenes es la clave para cambiar una perspectiva de incertidumbre por otra de esperanza. Pero la calidad de la educación y el acceso equitativo a ella continúan siendo un enorme reto para México.

El ideario de Michelle Obama, sin embargo, tiene más que ver con las oportunidades: Tantas veces en la historia del mundo han sido el héroe inesperado, la perspectiva insólita, el viaje improbable los que han mostrado el camino del progreso. Así que cuando descartamos a cualquiera de nuestros jóvenes, cuando no aprovechamos su capacidad, debemos pensar en lo que tal vez estamos perdiendo.

Por la tarde, de nuevo en Los Pinos, se reunió con un centenar de mujeres de diversas procedencias y actividades, donde dio un breve mensaje sobre la relación bilateral México-Estados Unidos y en favor de las causas sociales. Pasó entonces con su anfitriona a saludar a las invitadas, entre quienes se encontraban las gobernadoras de Yucatán y Zacatecas, Ivonne Ortega y Amalia García, respectivamente; las diputadas panista Josefina Vázquez Mota y perredista Claudia Anaya; la ministra Margarita Luna Ramos y la conductora Adriana Pérez Cañedo.

Después participó en una cena que le ofreció el matrimonio Calderón Zavala, el cual, según un comunicado, obsequió a la visitante una batea de Santa Clara del Cobre, Michoacán; una pulsera de filigrana de plata en una cajita de Olinalá y, a su vez, los hijos de la familia hicieron regalos destinados a las hijas de la familia Obama.