El Ministerio Público Federal inició una averiguación previa por los delitos de homicidio y daños en propiedad ajena, e investiga desde un posible accidente hasta un ataque del crimen organizado en el desplome que sufrió un avión de carga en Monterrey al filo de la medianoche del martes, informaron funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR).

El gobierno federal dio a conocer de manera oficial que la delegación de la procuraduría en Monterrey inició la averiguación previa AP/PGR/NL/ESC-III/791/D/2010, por los delitos de homicidio y daño en propiedad ajena.

Se informó que la PGR trabaja de manera coordinada con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para esclarecer plenamente las causas del desplome, ya que hasta el momento no hay registro de reportes de anomalías en los aparatos de la nave, ni referencias sobre por qué la tripulación abortó el aterrizaje.

Al filo de las 24 horas del martes, la nave de la empresa Aero Unión con matrícula XA-TUE se precipitó a tierra en las inmediaciones del aeropuerto internacional Mariano Escobedo de Monterrey, dejando un saldo de siete personas muertas, de las que cinco eran tripulantes, según la PGR.

El avión arribó a la capital neoleonesa procedente de la ciudad de México y según el plan de vuelo llegaría a Los Ángeles.

Las primeras versiones que circularon en Monterrey fueron que el avión abortó el aterrizaje y se alejó del aeropuerto, y antes de caer estaba envuelto en llamas, por lo que las autoridades ministeriales no han descartado la posibilidad de un percance originado por fallas en la nave.

Héctor González Weeks, director de Aeronáutica Civil de la SCT, dijo que la tripulación abortó el aterrizaje cerca de las 11:15 horas de la noche del martes, y después de dos intentos se desplomó sobre el bulevar de acceso al aeropuerto Mariano Escobedo por causas que aún se investigan. La aeronave arrasó con dos vehículos que transitaban por el citado acceso.

A la hora del percance en la región había lluvia y neblina, pero según González Weeks había condiciones para volar; prueba de ello, expresó, es que las actividades en el aeropuerto se realizaron con relativa normalidad antes y después del accidente.

Aeronáutica Civil agregó que fueron localizadas y debidamente resguardadas las cajas negras, que contienen las grabaciones de datos de vuelo y de voz de cabina, lo que será de fundamental importancia para la determinación de la causa probable de este accidente.

De acuerdo con la SCT, el avión poseía un certificado de aeronavegabilidad vigente.

En tanto, los reportes ministeriales señalan que de las siete personas muertas cinco son tripulantes, quienes fueron identificados como Adolfo Müller Pasos, piloto; José Manuel Guerra Juárez y Humberto Castillo, copilotos, y los mecánicos Erick Guzmán y Manfred Müller.

La sexta víctima se llamaba Jesús Eduardo Picaso Martínez, de 34 años de edad, mientras la séptima persona no ha sido identificada.