Ayer, durante una reunión de comisiones unidas de Salud, Educación y Estudios Legislativos del Senado, en la que se discutían 14 iniciativas sobre modificaciones a la ley sanitaria en materia de obesidad, sobrepeso y trastornos alimentarios, los legisladores se refirieron a la reforma que aprobó la Cámara de Diputados sobre hacer obligatorio el ejercicio diario en planteles y normar la venta de comida chatarra, y aseveraron que en los términos en que fue avalada por diputados, aquí no pasará.

Los senadores analizaban reformas a las leyes general sanitaria y de educación, así como a la legislación para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, en relación con la obesidad, sobrepeso y trastornos de la conducta alimentaria; sobre orientación a la población respecto de la importancia de la alimentación correcta y su relación con la salud; promoción del mejoramiento de la nutrición y actividad física; sobre talla y peso de la población escolar, entre otros.

En ese contexto, los senadores fijaron su postura sobre la reforma. “No se puede obligar a las escuelas a impartir media hora de actividad física, toda vez que de los 250 mil planteles que hay en el país, 180 mil carecen de espacios para el deporte. ‘Dónde se van a encontrar los espacios para que hagan ejercicio 25 millones de estudiantes’. Cada cuánto los maestros van a pesar y medir a los menores”, cuestionó Ricardo Torres Origel, del PAN.

Panistas, priístas y perredistas coincidieron, al comentar esa modificación, que el sobrepeso y obesidad son problemas culturales y la solución no está en la escuela, con 30 minutos de ejercicio y prohibiendo la venta de comida chatarra en centros escolares los niños no van a bajar de peso.

El senador panista Ernesto Saro, presidente de la Comisión de Salud, dijo que la reforma no ha llegado aún al Senado, “pero en los términos en que fue aprobada no va a pasar, porque la Ley General de Salud no puede normar los programas de la Secretaría de Educación. Voy a platicar con los diputados para ver si incorporamos su proyecto a la reforma que analizamos en el Senado y que modifica tres leyes; lo que no quiero es un estira y afloja.

Torres Origel y otros senadores de PAN, PRD y PRI sostuvieron que no estamos convencidos de restringirle el derecho a elegir lo que se desea comer, estamos frente a un problema cultural.

El presidente de la Comisión de Educación dijo: no podemos etiquetar la comida como chatarra, como si todo mundo supiera qué es eso; en dado caso se debe colocar en las etiquetas la cantidad de calorías de los productos y que se especifiquen cuáles no citienen calorías, para que la población elija: un refresco contiene 460 calorías, una hamburguesa mil 200, una dona 800. No se pueden establecer 30 minutos diarios de ejercicio físico, ¿en dónde se haría, en los pasillos, en los salones?