León, Gto., 24 de abril. En 2009 ya se habían incautado 100 toneladas de medicamentos que vendían farmacias clandestinas posiblemente operadas por el crimen organizado, informó el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Miguel Ángel Toscano Velasco.

Del total de medicamentos decomisados, 80 por ciento eran muestras y el resto robadas o piratas, dijo, y agregó que el problema se concentra en Jalisco, Michoacán, Chiapas, Baja California, Tamaulipas y otros estados del norte.

En el más reciente operativo, la Secretaría de Hacienda, las procuradurías General de la República, Federal del Consumidor y otras dependencias, decomisaron en Jalisco 25 toneladas de medicamentos ilegales.

El problema –indicó Toscano Velasco– es que la autoridad llega con 300 policías federales y hace los decomisos, pero luego los vendedores vuelven a colocar medicamentos en el mercado negro sin que nadie se los impida.

Se calcula que la falsificación de fármacos en México por ahora no constituye un problema grave, aunque deben tomarse medidas, como la expropiación de inmuebles donde se expenden, tarea que corresponde a los gobiernos estatales, indicó.

“A diferencia de África, donde hasta 30 por ciento de los medicamentos pueden ser falsos, en México esto representa sólo 3 por ciento, pero se trata de una cifra negra, porque carecemos de un buen mecanismo de medición, y nuestro cálculo se basa en los operativos”, explicó.

Agregó: “ya solicitamos al Congreso de la Unión que prohíba la producción de muestras médicas –como se hace en otros países–, con excepción de los productos innovadores que podrían distribuirse hasta por dos años de manera muy regulada”, dijo el funcionario.

Otro tema que debe atender el Poder Legislativo, expresó, es la publicidad y venta de productos para bajar de peso que perjudican la salud. Tan sólo el Capslim, al momento de emitirse la alerta sanitaria, produjo 600 casos de reacciones adversas y 150 hospitalizaciones por daños hepáticos, recordó.

La mayoría de estos productos que anuncia la televisión tienen efectos renales negativos, pero la autoridad no puede actuar, por falta de instrumentos jurídicos. Apenas retiramos un comercial cuando las empresas traen más lotes de lo mismo empacado en otra caja, lamentó.