Para su primera exposición en la galería Kurimanzutto, el artista visual Carlos Amorales (DF, 1970) decidió recrear a escala real el estudio que tuvo durante cinco años en un departamento de la colonia Condesa, con el fin de hablar de la relación íntima que de pronto hay con la obra que no necesariamente sale al mundo. Estudio por la ventana, entonces, no es una muestra de obra reciente en el sentido tradicional.

Amorales recuerda el desorden de sus días estudiantiles: “Estaba confundidísimo; entonces, una maestra me visitó, se quedó viendo al espacio y dijo: ‘el estudio es reflejo de tu mente. Si no organizas tu estudio, no organizas tu mente’. Es algo que se me ha quedado. Tener un estudio donde se trabaja con otras personas entra en la dinámica de cómo me relaciono con ello, conmigo mismo y cómo eso va formando la obra. A pesar de que la exposición es muy física, también es muy mental”.

Ese primer taller en la ciudad de México nació específicamente para realizar la animación en video Manimal (2005). Allí también se formó su equipo de trabajo de seis personas: Édgar Torres Bobadilla, Iván Martínez López, Alba Martínez Lozan, Eduardo Berumen Berry y Lucía Álvarez y Álvarez, con quienes desarrolló el lenguaje de imágenes hechas con plantillas con que construye su obra.

Señala: “Son todas las referencias que utilizó desde hace 10 años. Son dibujos que parten de fotografías, que pueden ser personales. De pronto se ve por allí una mujer embarazada, que es mi esposa, y de pronto hay aviones que salieron de Internet. El archivo que he ido formando –lo mostré en el Museo Universitario de Ciencias y Arte– tiene ahora como tres mil imágenes. Es el archivo del que se genera todo el trabajo”.

Buena parte del archivo se ha reproducido en forma de dibujo en las paredes del estudio de 100 metros cuadros, reconstruido en los 150 metros cuadrados del espacio de exposición de la Kurimanzutto (calle Gobernador Rafael Rebollar 94, San Miguel Chapultepec). También hay recortes de papel, así como un cuarto con las herramientas empleadas a manera de herrería.

Al artista le sorprendió que su estudio cupiera dentro de la galería. Insertarlo le permitió reflexionar sobre la relación entre ambos. Juega con la vista por las ventanas, ya que la ventana física te da la imagen que está atrás, mientras la ventana del formato artístico te la da el papel o la escuadra.

Al preguntarle sobre su interés por la arquitectura, contesta que en años recientes he estado llevando el archivo a lo tridimensional. Entonces hice unas esculturas. Ésa es la primera vez que se vuelve algo arquitectónico. El año pasado hicimos una maqueta de una ciudad. Hay como pasos que se han ido dando, pero en lo arquitectónico es la primera incursión.

El sábado 8 de mayo Amorales abrirá la exposición Manimal en el Museo Herzliya de Arte Contemporáneo, de Israel, para la que ha creado una pieza nueva descrita como una explosión suspendida. Ese día también dará a conocer la muestra A quien corresponda, en el Museo Amparo, en Puebla. Se trata de una exhibición bastante especial para el entrevistado, porque las autoridades del museo lo invitaron a trabajar sobre la colección prehispánica, tema que investigó durante año y medio. Para la muestra realizará una serie de obras nuevas y presentará otras más antiguas.

La exhibición de El estudio por la ventana concluye el primero de mayo.