Martes 27 de abril de 2010, p. 21
Roma, 26 de abril. En América Latina el problema del hambre que afecta a 53 millones de personas no se debe a la escasez de alimentos, sino a la falta de acceso a ellos en amplios sectores de la población, advirtió la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El organismo informó también que las exportaciones de pescado en el mundo, que alcanzaron 102 mil millones de dólares en 2008, y cayeron en 2009 a consecuencia de la crisis económica global.
Expertos del organismo apostaron por revisar políticas agrícolas, apoyar la investigación y recuperar mercados para erradicar la pobreza y el hambre en Latinoamérica y el Caribe.
Se produce más de lo necesario
El problema del hambre en América Latina no es de producción de alimentos sino de acceso a ellos, ya que en conjunto la región produce más alimentos de los que necesita
, criticó el director de políticas de la oficina de la FAO para América Latina y el Caribe, Fernando Soto, en la 31 conferencia regional de la organización, inaugurada en Panamá.
Según la FAO, América Latina y el Caribe se caracterizan por la alta volatilidad de los precios de productos básicos, en especial los alimentos, lo que dificulta su acceso a los más pobres.
La inflación, el desempleo, la disminución de las remesas y los altos precios alimentarios han reducido los ingresos reales de los segmentos más pobres de la población y agravaron sus dificultades de acceso a una alimentación adecuada.
América Latina es una región exportadora principalmente de cereales
, y algunos países sudamericanos son exportadores netos
de trigo, maíz y carne, algo que no ha impedido que tras la crisis el número de hambrientos haya ascendido a 53 millones de personas en la región, el mismo de hace 20 años, manifestó.
Todavía la pobreza es muy elevada y buena parte de la población no tiene los ingresos suficientes, y aunque los alimentos estén disponibles, no hay cómo comprarlos
, añadió.
La FAO opina que los países deben incrementar su producción agraria y pesquera, centrándose en la producción agrícola familiar donde se facilite el acceso de los pequeños productores a la tecnología, las semillas mejoradas y los créditos bancarios para sufragar los costos de la cosecha.
La FAO ve con muy buenos ojos y apoya a los gobiernos que toman medidas para revalorar la pequeña agricultura y para aumentar la producción interna de alimentos
, añadió.