En la ciudad de México cada cinco días ocurre una muerte por riesgo laboral, aunque diariamente se registran 150 casos, principalmente en la industria de la construcción, gasolineras, tortillerías, fondas o restaurantes, por el incumplimiento de las normas de seguridad e higiene en nueve de cada 10 empresas, informó el secretario del Trabajo y Fomento al Empleo, Benito Mirón Lince.

La imposibilidad de verificar las condiciones en que labora la gente ha provocado un relajamiento de las normas e incumplimiento de los patrones para hacer frente a los gastos derivados de los accidentes y enfermedades que padecen sus trabajadores, los cuales muchas veces ni siquiera fueron dados de alta en el Seguro Social.

Por ello están impedidos de recibir una compensación económica durante el tiempo que se reintegran al trabajo o una indemnización, en caso de quedar lisiados, pero no los contabilizamos, salvo que las muertes y accidentes sean colectivos, como en Pasta de Conchos, y es cuando sacamos el tema, cuando hay mucho que hacer en materia de inspección, pero con una plantilla de 30 personas es difícil, agregó.

En la celebración del Día Internacional de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, a la que asistieron representantes de Coparmex, Canacintra y Concanaco; de organizaciones sindicales como la CROC, CROM y Alianza de Tranviarios de México, IMSS y UNAM expresó la urgencia de crear conciencia entre las partes laboral y patronal para prevenir accidentes y enfermedades dentro del gremio.

Hace cinco años había un fallecimiento cada tercer día. La cifra bajó a seis al mes, pero no podemos cantar victoria cuando no hemos abatido esta cantidad y ni siquiera existe un padrón real del número de empresas en la ciudad, pues se habla de entre 140 a 300 mil, aunque el sector con mayor riesgo sigue siendo el de la construcción, comentó.

Un trabajador labora en lo alto de un andamio. Muchos de los obreros con empleos peligrosos carecen de seguridad social, afirma Benito Mirón LinceFoto Luis Humberto González

En otros casos, dijo, los trabajadores se exponen a agentes químicos, físicos, biológicos, ergonómicos y sicosociales presentes en el ambiente laboral, lo que les puede ocasionar cáncer por exposición a químicos, daños en el sistema auditivo por el ruido, hipertensión, diabetes e infarto al miocardio por estrés, que son los riesgos más frecuentes.

Por ello es importante reivindicar la labor de la inspección de trabajo, dando confianza a las empresas y, sobre todo, números, para que vean que no sólo es cuestión de humanismo o laboral, sino que tiene un impacto directo en materia económica que daña a ambas partes. Los países latinoamericanos pierden entre cuatro y 14 por ciento de su PIB en el pago de riesgos de trabajo, que generan más muertes que las propias guerras, señaló.

Por ello, coincidió con el presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal, Enrique Hanff, en que una modificación a la Ley Federal del Trabajo no es procedente cuando se requiere dar estabilidad en el empleo y contar con un salario remunerador, premisas que no se cumplen, pues hay un déficit de 3 millones de empleos, el salario se ha depreciado más de 70 por ciento y no hay para cuándo dejar atrás los efectos de la crisis.