Un gol en tiempo de compensación de Édgar Benítez dio el cetro a los Tuzos
La final de la Liga de Campeones de la Concacaf se definió con el gol de visitante
El marcador global concluyó 2-2 en el estadio Hidalgo
Otra noche de terror para La Máquina
Jueves 29 de abril de 2010, p. a13
Pachuca, 28 de abril. La epidemia de Cruz Azul no terminó esta noche en el estadio Hidalgo. Por quinta ocasión en dos años los Cementeros sucumbieron en otra final. Pachuca se quedó finalmente con el boleto para acudir al Mundial de Clubes, gracias al gol en tiempo de compensación de Édgar Benítez.
Con el triunfo de 1-0 de hoy de los Tuzos, la final de la Liga de Campeones de la Concacaf concluyó con global de 2-2, por lo que el tanto de visitante del cuadro hidalguense determinó al vencedor. Las reglas son así y no hay nada que reclamar a la señora justicia.
La ventaja de 2-1 que consiguió La Máquina en el compromiso de ida se mantuvo en la primera parte del trámite de vuelta de la justa regional. Aunque no fue por falta de oportunidades.
A los celestes les correspondió tocar a la puerta primero. Fue apenas al minuto dos cuando Javier Orozco le hizo un sombrerito a Muñoz y mandó un tiro que terminó por controlar el guardameta Miguel Calero.
La visita salió con más determinación para ir al frente, e incluso se adueñó de las acciones en los primeros 20 minutos. Los Tuzos empezaron a reaccionar hasta el 22, tras un disparo de Francisco Torres que terminó en el travesaño del arco de Jesús Corona.
A partir de ese momento, parecía que el gol no tardaría en presentarse. Al minuto 26, Alejandro Castro envió un centro por la derecha directo al área, pero Orozco no alcanzó a rematar; el balón le cayó entonces a Jaime Lozano, quien apareció por el sector izquierdo. Sin embargo, cruzó demasiado su remate y los Cementeros perdieron una gran oportunidad.
El que no alcanzó a llegar para rematar un pase de Benítez un minuto después fue Cvitanich, y esta vez los seguidores tuzos fueron los que ahogaron el grito de gol.
Al minuto 39, Damián Álvarez cobró un tiro de esquina por la lado derecho; la pelota parecía pasearse en el área, hasta que Marco Iván Pérez alcanzó a pegarle. No obstante, su remate fue débil y Corona no tuvo ningún problema para quedarse con ella.
En el complemento parecía que tampoco se alteraría el marcador, pero Pachuca nunca dejó de insistir y al final logró su premio con la anotación de Benítez.
Los 90 minutos reglamentarios ya se habían cumplido y el 0-0 persistía en la pizarra. Sin embargo, a los dos minutos del alargue que concedió el árbitro Marco Antonio Rodríguez, Benítez recibió un envío en la media luna del área visitante; controló el balón, se dio media vuelta y soltó un tiro que se coló a la izquierda de Corona.
Estalló el estadio y a nadie le importaron las oportunidades que se erraron antes, de los Tuzos, por supuesto, porque los Cementeros seguramente lamentaron que los cabezazos de Lozano y Villa, al 59 y 61, respectivamente, no hubieran tenido mejor fin.
Pero la película se repitió para La Máquina. Con otro final de terror.
El paraguayo Benítez comentó que no podía creer cómo fue que anotó el gol que dio la victoria y el título de la Concacaf a Pachuca.
Estoy muy feliz por haber anotado el gol del triunfo, que nos dio felicidad a todos: los directivos, a mis compañeros y a toda la afición que siempre creyó en nosotros
, añadió.
El técnico de los Tuzos, Guillermo Rivarola, tampoco podía esconder su felicidad y señaló que los últimos minutos del encuentro fueron tremendos: “Sabíamos que teníamos que hacer un gol, luego de que en 85 minutos no lo habíamos hecho ante un rival tan difícil y duro como Cruz Azul, pero la verdad, el gol de Benítez fue un premio para todos, porque siempre lucharon por la victoria.