Nos falta valorar las competencias cognitivas de las artes, señala promotora cultural
Viernes 30 de abril de 2010, p. 4
Por favor, que los niños se acerquen a la música desde pequeños y apóyenlos si ven que tienen aptitudes
, es la petición que la joven estudiante oaxaqueña Patricia Trujano Granados hace a todos los padres de familia que conoce.
A sus 25 años estudia canto en el Conservatorio Nacional de Música (CNM) y cuenta que le fue muy difícil ingresar. Proviene de Huajuapan de León, Oaxaca, donde estudió piano. En su familia hay varios músicos, pero empíricos, no de escuela
por lo que tuvo cierto apoyo cuando manifestó su interés por dedicarse profesionalmente a la música.
“Mi papá me dijo que me iba a morir de hambre, pero le dije, ‘no me importa, moriré feliz’. Cuando aceptó, me dijo que fuera a estudiar a cualquier lugar menos a México. Hice examen en Jalapa y en el conservatorio, y aquí me quedé. Mi familia tuvo que aceptar.”
No obstante, Patricia no entró a la licenciatura de piano como anhelaba, porque no tenía la edad: me pusieron trabas, pues para ese instrumento hay que entrar máximo a los 15 años, yo tenía 22, fue muy complicado. Me dieron la opción de canto. Al final me di cuenta de que era lo mío
.
Iniciación tardía
La historia de esta joven soprano no es muy distinta a la de músicos consagrados: una tardía iniciación en la música debido, principalmente, a que en la educación básica pública la enseñanza de la música es prácticamente inexistente
.
Por ejemplo, el flautista Horacio Franco descubrió su pasión por la música hasta que cursó el primer año de secundaria, cuando escuchó tocar el piano a una compañera.
La arpista Mercedes Gómez Benet, profesora del CNM, hace énfasis en tratar de encontrar los mecanismos para que desde niños todos tengan acceso una educación musical de calidad.
Los beneficios son muchos, detalla, pues “utilizamos todos los tipos de memoria: auditiva, visual, emocional, muscular, y aprendemos a tomar decisiones en fracciones de segundo.
Los científicos han estudiado hondamente este fenómeno y han descubierto que el cerebro de un niño que ha estudiado música lo llevará a destacar en cualquier profesión que elija al ser adulto.
Pero, lamentablemente, los estudios tanto académicos como médicos en torno a los beneficios de la música no tienen eco en quienes diseñan los programas de educación básica en México.
Conozco una primaria en Barcelona, donde hasta las matemáticas, la geografía y la historia se aprenden mediante la música. Está demostrado con investigaciones de carácter internacional, que las matemáticas y la música van de la mano
, comenta la promotora cultural Lucina Jiménez.
Detalla que la música crea estructura interna y capacidad de abstracción. Podría dar muchos más argumentos, pero la verdad es que en México todavía no hemos alcanzado a valorar las competencias cognitivas y formativas que tienen las artes en general, así como la música y la danza en particular
.
En el Instituto de Neurología McGill, de Montreal, en Canadá, se investigaron las respuestas emocionales a la música entre personas que no estudiaban ni escuchaban habitualmente música.
Los mapeos cerebrales mostraron que algunas partes definidas del cerebro responden especialmente a la música armónica, pero no a sonidos brutos
, vinculados a ruidos fuertes e inarmónicos.
Cuando, en el estudio mencionado, se pasaba de música placentera y armoniosa a sonoridad ruidosa, las áreas mencionadas dejaban de mostrar actividad para hacerlo en otra área específica del cerebro llamada parahippocampal Gyrus
.
Desafortunadamente, no son pocos los críticos musicales que consideran que así como la obesidad se está convirtiendo en un problema de salud entre los niños por el consumo de comida chatarra, también existe en el país entre los jóvenes un consumo indiscriminado de música chatarra
, que hace daño.