En el contexto del Día del Niño, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) manifestó que la Iglesia está comprometida a hacer todo para contribuir a que la infancia sea feliz, sana y saludable, lo cual incluye abogar porque no se violenten sus derechos en los ámbitos social, familiar, educativo y laboral, y que no se atente en contra de su integridad física.

Manuel Corral, secretario ejecutivo de relaciones públicas e institucionales de la CEM, precisó en entrevista que la Iglesia católica –que está inmersa en escándalos por pederastia clerical– trabaja para que los menores no sean objeto de las lacras que actualmente los acechan y dañan, tales como la explotación o los atropellos sexuales, dentro o fuera de la institución, ni sean sometidos a trabajos infames.

Aparte, el obispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla, responsable de la Dimensión de Familia de la Comisión Episcopal de Familia, Juventud y Laicos de la CEM, envió un mensaje a los niños y niñas mexicanos, a quienes identificó como el gran regalo de Dios, y dijo que es deplorable que un solo niño sufra. Remarcó que es a Dios a quien primero se ofende cuando alguno de ustedes es lastimado de cualquier manera.

Aseguró que todo niño es una buena nueva, que hemos de acoger con corazón agradecido, tanto los padres como quienes tenemos la misión de apoyarlos.

Al remarcar que en este mensaje hay sinceridad, Chavolla aseguró que todos los que formamos parte de la Iglesia católica lucharemos siempre por promoverlos, apoyarlos y ofrecerles la educación integral que los capacite para una vida digna, íntegra y feliz.

Corral hizo hincapié en que la Iglesia está del lado de los niños; en cuanto a la pederastia, dijo que el hecho de que haya sucedido esto es muy doloroso y aseguró que las medidas que se tomen para protegerlos serán siempre pocas, pero resaltó que ante las actuales circuntancias hay un compromiso total de la jerarquía de salir en defensa de los niños.