San Cristóbal de Las Casas, Chis., 11 de mayo. El compositor José Elorza (Tapachula, Chiapas, 1952) fue homenajeado en su tierra natal durante el Festival Cultural de Pacífico 2010, organizado por la Universidad Autónoma de Chiapas, el cual se efectuó la semana pasada.

En el encuentro, en el que participaron artistas como Susana Harp y Na’rimbo, Cecilia Toussaint, David Haro, Malena Durán y Ángel Chacón, se exhibió un ciclo de películas musicalizadas por Elorza, que incluyó Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, Ciudad de ciegos, Morir en el Golfo y Amor a la vuelta de la esquina.

En entrevista, Pepe Elorza recordó que cuando a los 18 años de edad participó en el Festival Universitario de la Canción con un tema tradicional, Don Benavente. “Califiqué a la final, y entonces me hablaron de Discos Orfeón para decirme que les interesaba que una persona de su elenco interpretara el tema en la final. Me sorprendió muchísimo y nada más pensé en eso. Me entrevisté con el productor y con el cantante, y lo consulté con mi grupo (era el Palé Palé), pero los integrantes me dijeron que no, que eso era imposible, pues teníamos que tocarla nosostros. En 1973 hicimos nuestro primer disco, en un estudio de 13 canales; era desmesurado.

“Esa pieza fue para mí el punto de partida, dio al grupo la pauta para empezar una carrera. Ya después, en los años 80 del siglo pasado, escribí la música (bolero) de Fuensanta, el poema de López Velarde, y tuvo repercusión social, un impacto muy fuerte; la cantó Eugenia León. Ése es otro momento en el que me dije: ‘tengo razón, ¿no?’ Ésas son mis primeras vetas.”

Después el compositor encontró otra vertiente muy importante con una canción de rock: El prendedor, que interpreta Cecilia Toussaint.

Elorza mencionó entre sus influencias a Los Beatles y a Joan Manuel Serrat. Los Beatles, porque le apuesto a la diversidad; aprendí de ellos que uno puede estar en una búsqueda interminable, sin ceñirse a ningún género; yo tengo esa constante, por eso escribo la canción tradicional, el bolero y el rock. Y Serrat, porque gracias a él descubrí que se podía musicalizar poemas.

El compositor chiapaneco sostiene que la conjunción de un esfuerzo poético, literario, con la música es lo que define una canción. Lo principal es la conjunción de ambas; un compositor no es un músico o un poeta: es ambas cosas.

Su experiencia en el cine es muy enriquecedora. “Me ha enseñado cómo ayudar a enfatizar el fondo dramático de una película, cómo sostener un tema a lo largo de dos horas, que se vaya transformando con las situaciones de la narración... Ciudad de ciegos, de Alberto Cortés, por ejemplo, es la historia de un departamento que se modifica con sus inquilinos a lo largo de 40 años; requiere una música que ubique al espectador en esas diversas épocas. En el momento del temblor (septiembre de 1985) es cuando canto Aquí me quedo: ‘Aquí me quedo/ aquí nació mi sueño/ aquí nacieron las aguas del arroyo/ y tú’. El compositor ganó el Ariel con esta película, en 1992.”

En las canciones de Elorza también existe una preocupación social, “porque pertenezco a esa generación de los que éramos muchachos de la preparatoria en 1968. Todas las primeras canciones tienen eso, y después, también, porque me tocó vivirlas, simplemente; incluso ahora, que me he dedicado a ligarlas temáticamente, como las Canciones del inmigrante, que narran la historia de un indocumentado centroamericano que atraviesa México para ir a Estados Unidos. Es un tema exactamente de ahora”.

Pepe Elorza se sostiene por la búsqueda constante. Siempre he pensado que eso te mantiene vivo como compositor. Buscar siempre en mí y no quedarme en una forma, nunca.