mensaje político
Lunes 17 de mayo de 2010, p. 3
Dos días después de que en Querétaro fue reportada la privación ilegal de la libertad del influyente político panista Diego Fernández de Cevallos, las autoridades federales y estatales que investigan el paradero del ex candidato presidencial aún no tienen mayores datos sobre su ubicación ni quién o quiénes serían los presuntos responsables de la desaparición.
El vocero de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Nájera, rechazó ayer que por ahora exista algún indicio de prueba determinante que dé lugar a responsabilizar al crimen organizado como presunto autor de la privación de la libertad del ex senador, o que permita abrir otras hipótesis ajenas a la del delito de desaparición de persona.
La hipótesis con la que por ahora se está trabajando de manera conjunta entre autoridades federales y estatales es la que tiene que ver con la desaparición forzada de persona. Todavía (hasta ayer) no ha habido algún otro indicio para cambiar a otra hipótesis, como pudiera ser un secuestro u homicidio, o la de algún otro delito
, destacó Nájera en entrevistas.
Lo que sí confirmó el vocero de esa dependencia fue que las tijeras encontradas en la camioneta Hummer color blanco, propiedad del Jefe Diego, tenían manchas hemáticas.
Fuentes de servicios periciales de la PGR consultadas por La Jornada confirmaron ayer que el tipo sanguíneo encontrado en la camioneta corresponde al de Fernández de Cevallos, pero aclararon que faltan los resultados de las pruebas de ADN que se tendrán que realizar en el transcurso de la semana.
A diferencia del pasado sábado, cuando la PGR emitió tres comunicados sobre estos hechos, ayer la dependencia prefirió no difundir algún boletín informativo.
Diego Fernández de Cevallos, de 69 años, fue levantado la noche del pasado viernes cerca de uno de sus ranchos, en el municipio de Pedro Escobedo, Querétaro. Su camioneta fue encontrada abandonada, con restos de sangre y unas gafas rotas sobre uno de los asientos. La zona está siendo rastreada por helicópteros y perros adiestrados de la Policía Federal.
Hasta ayer habían acudido a declarar 12 personas –entre familiares del ex senador y algunos de sus trabajadores– a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de Querétaro (PGJQ), en calidad de testigos.
Por ahora, tres hijos del ex senador ya testificaron ante la procuraduría queretana, además de algunos sobrinos, así como el también abogado Miguel Fernández de Cevallos, hermano del político desaparecido. Sin embargo, falta que declaren otro hijo y la jalisciense Liliana León Maldonado, actual esposa del panista, según destacaron las fuentes consultadas.
Cuatro posibles escenarios
Aunque el vocero de PGR descartó ayer que hubiera alguna hipótesis que pudiera ayudar a dilucidar la mecánica de hechos y el móvil de la desaparición del político, fuentes ministeriales cercanas a las pesquisas revelaron que las autoridades federales y estatales trabajan sobre cuatro supuestos.
El primer supuesto tiene que ver con que se trate de un crimen derivado de algún conflicto familiar o pasional. El segundo apunta a una especie de mensaje político
de alto impacto mediático. La tercera es la del secuestro con fines de conseguir un pago por el rescate del Jefe Diego, aunque mientras más transcurren las horas sin que haya una llamada pidiendo dinero a cambio de la libertad del ex senador, más se difumina esta posibilidad. Y el cuarto refiere que pudo tratarse de una venganza de algún particular que se haya visto afectado con las labores de Fernández de Cevallos como litigante.
Desde el sábado pasado peritos especializados en criminalistica, genética y mecánica de hechos, entre otros, realizan una revisión a la camioneta del ex senador para determinar qué ocurrió en el rancho La Cabaña. En el vehículo se encontraron una agenda, una pluma, un celular y un botón de camisa.
Las autoridades que participan en las pesquisas realizan revisiones en carreteras y avenidas de las entidades aledañas a Querétaro.
Los peritos también cotejaron las huellas dactilares encontradas en el vehículo del prominente abogado con el banco de datos del sistema Afinet de la Policía Federal, donde se tiene un registro de miles de huellas que corresponden a personas con antecedentes penales.
Asimismo, a unos metros de donde fue hallada la camioneta del político panista se encontraron huellas de neumáticos que por sus características no corresponden a la forma y tamaño de las llantas del vehículo propiedad del ex legislador.
Para las autoridades ministeriales ha sido difícil encontrar una explicación sobre el posible móvil del crimen, fundamentalmente porque hasta el momento no se ha identificado a un testigo visual de los hechos.
Un testimonio fundamental es el de Israel, vigilante del rancho.
Sin embargo, en su declaración, el testigo dijo que pasadas las 23 del pasado viernes escuchó, más no vio, que llegaba al predio la camioneta del ex senador, revelaron fuentes ministeriales.
El trabajador agregó que en el rancho ya se encontraban dos familiares del Jefe Diego, pero los informantes se negaron a precisar los nombres de esas personas.
Por ello, aún es un misterio la hora exacta en que fue privado de su libertad el ex senador, y tampoco se sabe con exactitud si los familiares detectaron la desaparición de Fernández de Cevallos en la mañana del pasado sábado, o si lo supieron desde la noche anterior, pero decidieron denunciarlo a las autoridades casi ocho horas después.
Al cierre de la edición, la búsqueda del ex senador panista continuaba en Querétaro, con la coordinación de San Luis Potosí, estado de México, Michoacán y el Distrito Federal.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal revisa los vehículos en las principales entradas y salidas de las carreteras que conectan a la ciudad de México, en busca de información que dé con el paradero de Fernández de Cevallos, dio a conocer el titular de la dependencia, Miguel Ángel Mancera
El procurador capitalino especificó que la dependencia a su cargo no ha recibido ninguna petición de colaboración por parte de autoridades federales en el caso, pero por órdenes del jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, la policía local se encuentra alerta.