Para evitar un sobrecalentamiento de la economía mexicana y aprovechar la coyuntura que plantean las elecciones federales en 2012, el gobierno mexicano se verá obligado a desacelerar el crecimiento del país a no más de su punto de equilibrio de 3.5 por ciento anual, advirtió el director para América Latina de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño.

Las autoridades se verían obligadas a aplicar el freno, y tendrán necesariamente que moderar el crecimiento el año entrante para mantener a la economía cerca del equilibrio y dejarla lista para el año electoral 2012. Existen razones históricas y estructurales para pensar que la economía mexicana crecerá menos en 2011 que en 2010, dijo.

En el análisis Desaceleración y ciclo político de la economía mexicana en 2011, el especialista consideró que indudablemente la economía crecerá en 2010 por arriba de su potencial de 3.5 por ciento, pero alertó que al gobierno le conviene, política y estratégicamente, desacelerar la economía en 2011 por varias razones, entre ellas: no se tendrá la baja base de comparación de 2009; histórica y estratégicamente los motores de crecimiento tienden a enfriarse durante el quinto año de gobierno, no sólo para corregir los desequilibrios incipientes o potenciales, sino para dejar la economía en forma para el año electoral. En los últimos 20 años, afirma Coutiño, los tres gobiernos en turno siempre indujeron una desaceleración económica durante el penúltimo año de cada administración, con la intención de dejar a la economía lista para un repunte fuerte el año de las elecciones y generar un ambiente económico positivo.

Con este escenario, afirmó Coutiño, la economía mexicana podría crecer este año 4.5 por ciento, pero sufriría un retroceso a 3.5 puntos porcentuales para 2011 porque, además, las fuentes fundamentales de crecimiento permanente como son el ahorro, la inversión, la productividad y el cambio tecnológico, seguirán débiles y esto restringirá la capacidad de expansión de la economía.

Pero, advirtió, si se impulsa un crecimiento económico por encima de su tasa potencial por segundo año consecutivo, entonces se desarrollarían desequilibrios económicos que podrían amenazar la estabilidad general hacia el fin del sexenio en 2012.

Será, dijo, una desaceleración políticamente inducida porque lo contrario, un sobrecalentamiento, generaría desequilibrios que amenazarían la estabilidad macroeconómica pues la producción nacional sería incapaz de satisfacer la demanda interna.