De acuerdo con el expediente sobre la privación ilegal de la libertad de Diego Fernández de Cevallos, los inspectores indagan la posibilidad de que los secuestradores hayan estudiado de tiempo atrás los movimientos del abogado. Inclusive, cuentan con indicios de que los plagiarios sabían perfectamente que en alguna parte del cuerpo traía un chip de localización satelital, similar a los que llevan empresarios y personajes públicos de alto nivel en el país.

Con esos pequeños artefactos, que son del tamaño de un grano de arroz, los satélites pueden ubicar a la persona que lo lleva, sobre todo en caso de plagio. Es así que empresas privadas dedicadas a la seguridad los monitorean a cualquier hora.

En tanto, el vocero de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Nájera, desautorizó toda versión sobre la fotografía que se difundió la noche del jueves pasado en una televisora, que presuntamente corresponde a Fernández de Cevallos. Señaló que los únicos datos válidos serán los informes oficiales que emitirán esa dependencia y la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Querétaro.

Peritos que participan en la investigación discrepan. Unos consideran que la imagen es legítima, y otros que fue manipulada mediante algún programa de computadora.

Ricardo Nájera indicó que por el momento la PGR no está en posibilidades de confirmar ni de desmentir si la foto donde supuestamente aparece el ex senador es legítima o forma parte de algún truco.

Autoridades federales y estatales han fortalecido la hipótesis de que Fernández de Cevallos fue privado de su libertad, fundamentalmente con el propósito de obtener algún fin económico o dejar alguna especie de mensaje político.

Para los fiscales del caso, por el momento ha perdido fuerza la hipótesis de que un grupo de narcotraficantes ligados al crimen organizado plagió al político del blanquiazul.

En horas recientes, de acuerdo con fuentes gubernamentales cercanas a las pesquisas, las autoridades ministeriales, con apoyo de efectivos del Ejército y de las policías Federal (PF) y estatales, han realizado operativos en municipios de los estados de México, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, como parte de la búsqueda.

Entre martes y jueves pasados la PGR recibió al menos cuatro llamadas anónimas, procedentes de las entidades mencionadas, de personas que aseguran haber visto a hombres introduciendo a domicilios a individuos con las características físicas del ex senador.

Diego Fernández de Cevallos, durante una sesión en la Cámara de Senadores en septiembre de 2004Foto Marco Peláez

Según informaron ayer fuentes gubernamentales cercanas a las pesquisas, los delincuentes esperaban al ex legislador la noche del pasado 14 de mayo en el rancho La Cabaña, ubicado en el municipio de San Pedro Escobedo, Querétaro.

Cuando éste bajó y cerró su camioneta, una Cadillac Escalade EXT 2007, uno de los secuestradores lo sujetó por la espalda, mientras al menos otro, después de un breve forcejeo, le habría quitado de alguna parte del cuerpo, con un arma punzocortante, el chip que traía. Eso explicaría el pequeño charco de sangre que se encontró en la escena del crimen.

Las fuentes consultadas precisaron que el chip fue colocado a Fernández de Cevallos cuando se desempeñó como senador, el sexenio pasado. Después de que concluyó su encargo como legislador federal, lo mantuvo. Éste es similar a los que se utilizan para localizar automóviles.

Ese tipo de servicios, sólo por colocar la cápsula georreferencial, cuestan al menos 2 mil dólares, pero los usuarios deben pagar el costo de éstos, que oscilan entre 900 y 5 mil dólares mensuales, dependiendo de la empresa.

El chip se implanta bajo la piel, mediante un minúsculo panel de circuitos integrados, gracias al cual pueden ser localizados vía satélite hasta en las guaridas de los delincuentes.

Su implantación en humanos no es novedad. La empresa estadunidense Verichip Corp la efectúa desde hace una década, fundamentalmente para identificar a personas con graves problemas de salud o para encontrar ancianos que se extravían con frecuencia.

En México comenzó a utilizarse en 2002, cuando la empresa Soluciones de Localización Satelital, filial de Applied Digital Solutions, decidió emplear el dispositivo para combatir los secuestros. Se le conoce como verichip o chip de silicio, pues es del tamaño de un grano de arroz. Se coloca por lo general en el hombro del usuario. Según estimaciones de Solusat, unas 10 mil personas en el país lo usan actualmente.

Entre las empresas de ese tipo destaca Xega, con sede en Querétaro, la cual ofrece la colocación del artefacto para que la persona que lo porta pueda ser monitoreada a toda hora.

En julio de 2004 el entonces titular de la PGR, Rafael Macedo de la Concha, informó que a él le habían colocado uno en el brazo para estar ubicado en todo momento. Aseguró que a otros funcionarios federales también les habían implantado, con lo cual, al mismo tiempo, se les permitía tener acceso al Centro Nacional de Información para la Procuración de Justicia.