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Buscan sacar de la sombra a esa etnia chilena

Preparan a mapuches en producción audiovisual
 
Periódico La Jornada
Lunes 24 de mayo de 2010, p. a17

Santiago, 23 de mayo. Quiero filmar los pocos recursos naturales que nos quedan y mostrar las injusticias que se han cometido con nuestras comunidades, señaló Claura Anchio, de 27 años, participante en un inédito curso gratuito de producción audiovisual para jóvenes mapuches.

Anchio se refiere a la instalación de una serie de vertederos y plantas de tratamiento de aguas cerca de territorios mapuches en la sureña región de La Araucanía.

Por ese motivo las comunidades mapuches denunciaron al Estado chileno por racismo ambiental ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la Organización de Naciones Unidas.

La joven es una de las 20 seleccionadas para asistir al primer curso organizado para desarrollar las capacidades comunicacionales de los integrantes de este pueblo originario de Chile, con la finalidad de sacar de las sombras sus vivencias y problemas.

Taiñ Azkintun (Nuestra mirada, en lengua mapuche) es el nombre de la iniciativa del grupo no gubernamental Observatorio Ciudadano y del periódico mapuche Azkintuwe, financiada por la embajada de Canadá y patrocinada por las universidades La Frontera y Católica de Temuco, con sus sedes en La Araucanía.

La idea es entregarles herramientas básicas, pero importantes para que ellos puedan informar y comunicar desde sus comunidades, ya sea en el ámbito de la denuncia, de la cultura o de la recuperación del idioma, explicó el periodista mapuche Pedro Cayuqueo, director de Azkintuwe y uno de los coordinadotes del proyecto.

Casi un millón de personas, según datos de 2006, pertenecen a ese pueblo, el más numeroso de los nueve grupos étnicos reconocidos legalmente en Chile, de 17 millones de habitantes, de los que cerca de 7 por ciento son indígenas.

A finales del siglo XIX, los mapuches fueron víctimas de un proceso usurpatorio del Estado entre las regiones del Bío-Bío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, más de 500 kilómetros al sur de la capital chilena. A ello se sumó el intento de aniquilación de su cultura.