La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó que no habrá boicot al Censo de Población y Vivienda 2010 –como lo anunció la Arquidiócesis de México–, debido a que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) le aclaró ayer la confusión que prevalecía entre los jerarcas de la Iglesia católica a causa de una lista que les fue filtrada sobre la encuesta en materia religiosa.

El dirigente nacional del PAN, César Nava, consideró atendible la demanda de la Iglesia católica de dialogar en torno a la metodología utilizada para el próximo censo. Se mostró en favor de escuchar las posturas de la jerarquía católica sobre el particular.

Ante la advertencia de boicot al censo –en la parte referente a religión– que dará inicio la próxima semana, la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) llamó a todas las iglesias a respetar a las instituciones del país, y afirmó que el llamado de católicos tuvo como fin predisponer las respuestas de la ciudadanía, porque no asume la gran pérdida de credibilidad que tiene y que consecuentemente ha reducido el número de sus feligreses, sin contar con que existe una distancia abismal entre los creyentes practicantes y los que no lo son.

El Observatorio Eclesial consideró que el anuncio de aplicar un boicot al censo de población 2010 refleja un temor bien fundado de la Iglesia católica a la tendencia internacional de pérdida de feligresía, y es una agresión al Estado laico que no debe permitir el gobierno federal, porque es una abierta intromisión en las políticas públicas del país.

Manuel Corral, secretario de relaciones públicas de la CEM, refirió que la suspensión del boicot se tomó luego de que personal de nivel superior del Inegi se reunió por espacio de una hora con Víctor Rodríguez, secretario general de la conferencia, y él, en oficinas del episcopado, donde les explicaron que la pregunta de la encuesta es abierta.

Aclarando las ambigüedades y confusiones se avanza, y eso es lo que nos ayuda a que un censo pueda tener el éxito que tiene para el Inegi y la Iglesia. La lista que se manejó no era oficial ni autorizada por parte del instituto, y fue la que generó no sólo confusión sino la alarma por parte nuestra, destacó.

Apuntó que el boicot era una señal última de que no se pudiera dialogar, y fue advertido por la arquidiócesis en su semanario Desde la fe y asumido por un sector de la Iglesia del país, por un mal entendido ocasionado por una lista que se filtró a la CEM.

Por parte nuestra reconocemos que no preguntamos en el Inegi si era la lista oficial de la clasificación que hacía en relación con la Iglesia católica. Esa fue la confusión o error de parte nuestra y también del Inegi, que no se dialogó desde el primer momento en una parte importante como es el censo.

Por su parte, la Confraternice aclaró en un comunicado que el Inegi y la Secretaría de Gobernación han tenido en los pasados 10 años acercamientos con las distintas iglesias para recabar los comentarios que éstas tengan respecto de las encuestas que elaboran, por lo que le extrañó que la jerarquía católica se diga sorprendida.