Washington, 27 de mayo. Al dar a conocer hoy su Estrategia de Seguridad Nacional, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abandonó oficialmente el concepto de guerra preventiva contra el terrorismo que caracterizó la doctrina de su predecesor, el republicano George W. Bush, al mismo tiempo que la fuerza aérea estadunidense informó haber probado con éxito un misil tipo crucero hipersónico, que superó los siete mil kilómetros por hora, seis veces la velocidad del sonido.

El documento marca la pauta sobre cómo Estados Unidos debe evaluar y desbaratar las presuntas amenazas en su contra, consta de 52 páginas y es resultado de 16 meses de consultas entre las entidades responsables de la defensa y la seguridad nacional del gobierno estadunidense.

Pese a los cambios conceptuales, esta declaración política del gobierno de Obama se reserva la facultad de emprender acciones militares unilaterales, aunque bajo condiciones más estrictas que durante la administración de Bush (2001-2009), que en 2002 defendió el derecho de Washington a adoptar medidas preventivas contra países y grupos involucrados en los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Ciberguerra, la nueva amenaza

Una de las novedades del texto es la inclusión de la ciberguerra como una de las amenazas que afronta Estados Unidos al inicio de la segunda década del siglo XXI, al lado de fenómenos que han estado en la lista como las epidemias y las desigualdades.

Obama planteó también la necesidad de revaluar los intereses estadunidenses en el extranjero y el uso de la fuerza, pero a fin de alcanzar esos objetivos sugiere apoyarse en el poder militar, pero también en la diplomacia multilateral, la disciplina económica, la ayuda al desarrollo, la educación y la cooperación con potencias emergentes como China e India.

Otros ejes de la nueva doctrina son la lucha contra el calentamiento climático y las crisis económicas, cuyas consecuencias ponen en peligro la seguridad de Estados Unidos.

En el centro de nuestros esfuerzos está un compromiso por renovar nuestra economía, que funciona como la fuente de la potencia estadunidense, indicó.

Obama, que asumió la presidencia en medio de la peor crisis económica mundial desde la depresión de la década de los 30, sugirió renovar las bases de la fortaleza de Estados Unidos y del crecimiento económico, pero en un camino fiscalmente sostenible y reduciendo la dependencia del abastecimiento petrolero del exterior.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, al ahondar sobre el tema económico en la nueva estrategia de seguridad nacional, dijo que los problemas generados por el gasto excesivo del gobierno estadunidense constituyen una amenaza a largo plazo para la influencia política de Washington en el mundo.

No podemos sostener este nivel de financiamiento el déficit y deuda sin perder nuestra influencia, sin ser presionados por las difíciles decisiones que debemos tomar.

Para enfrentar las amenazas presentadas por individuos radicalizados que no corresponden con el perfil de lo que Estados Unidos considera un terrorista –como el joven nigeriano que fue detenido cuando pretendía hacer estallar un avión el 25 de diciembre durante un vuelo nacional–, la administración de Obama invertirá más en espionaje, pero destacó que nuestra mejor defensa en ese caso reside en familias, colectividades locales e instituciones bien equipadas e informadas.

En el documento se subraya la importancia de prevenir ataques de individuos que radican en Estados Unidos y alude a los casos recientes, y advirtió que esos extremistas violentos están comprometidos con luchar aquí.

Sin señalar explícitamente a Bush, pero distanciándose de su doctrina, Obama advirtió que mantendrá acciones destinadas a deslegitimar el uso del terrorismo y aislar a aquellos que lo practican, pero aclaró que no es una guerra mundial contra una táctica: el terrorismo, o una religión: el islam. Nosotros estamos en guerra con una red específica: Al Qaeda, y los terroristas que la apoyan en sus esfuerzos para atacar a Estados Unidos y a nuestros aliados.

Sobre los casos de Irán y Corea del Norte –enfrentados con Estados Unidos y sus aliados por sus presuntas aspiraciones a sumarse al grupo de países poseedores de armas atómicas–, Obama propuso adoptar un enfoque sin ilusiones, pero señaló que si ignoran las normas internacionales, hay múltiples formas de aislarlos.

Tras conocerse el documento de la Casa Blanca, el director del Laboratorio de Investigaciones de la Fuerza Aérea, Charles Brink, anunció que el misil crucero hipersónico fue probado el miércoles durante un vuelo sobre el océano Pacífico, a 15 mil metros de altitud. El proyectil fue transportado por un avión B-52 modificado para el caso y desde esta nave fue disparado.

El vuelo de prueba del X-51A Waverider duró más de 200 segundos, cuando el récord hipersónico con un motor tipo scramjet (estatorreactor de combustión supersónica) era de 12 segundos, obtenido por el X-43 de la Agencia Nacional Aeroespacial (NASA), un avión experimental no tripulado.

Los vuelos hipersónicos empiezan en Mach 5 (cinco veces la velocidad del sonido). Los misiles de este tipo sirven para atacar blancos lejanos en menos de una hora y podrían remplazar a los misiles balísticos actuales.

En este contexto, en las primeras horas de este viernes se informó en Tokio que tras meses de tensión entre Estados Unidos y Japón los gobiernos de ambos países acordaron mantener la controvertida base estadunidense de Futema en la isla de Okinawa, donde se encuentra la mitad de los 47 mil efectivos desplegados por Washington en la nación asiática.

Durante su campaña proselitista, el ahora primer ministro Yukio Hatoyama prometió retirar la basde Futema.

En otro orden, una comisión del Senado estadunidense votó a favor de dejar sin efecto una ley que impide a los militares gays revelar su orientación sexual.