Sin restar relevancia al problema de la violencia, sumergir al país en una agenda donde sólo exista ese tema nos llevará a una espiral de perder-perder, afirma Rodrigo Medina de la Cruz, gobernador de Nuevo León.

Y argumenta: hay que atacar el problema, operar, actuar y ser contundentes; resolver los vicios y deficiencias frente a esa situación, pero también ver y hablar de las muchas cosas positivas de México, equilibrar las percepciones y permitir que los gobernantes tengamos una agenda proactiva.

Mandatario en una de las entidades económicamente más fuertes y donde recientemente se vive un marcado clima de violencia, Medina dice que no se trata de enmudecer o dejar de perseguir a la delincuencia.

Y así debe explicarse. No es momento de cerrarse sino de ir a todos lados: con los capitales, los académicos y con los sectores sociales para plantear la situación y generar confianza por medio de acciones. Sólo así se puede contribuir al bienestar del país porque los discursos ya nadie los cree.

La percepción sobre la inseguridad en su estado –admite– está haciendo dudar a los empresarios extranjeros sobre si venir o no a instalarse aquí. No lo han rechazado aún, pero lo piensan más. Esa es otra razón para entrarle duro al tema de la seguridad integral.

En entrevista con La Jornada, el gobernador explica su estrategia para promover a su estado ante inversionistas potenciales. Me presento ante los consejos (de administración) de las empresas. Explico la situación y las condiciones reales, no mediáticas, del problema. No escondemos nada. Exponemos cómo estamos encarando el problema, y enseguida les hablo de las condiciones para facilitar su inversión; en suma, les infundimos confianza. Y nos ha funcionado.

Gracias a la que llama asociatividad de triple hélice (academia, gobierno e iniciativa privada), Nuevo León generó ya, en este primer semestre, cerca de 50 mil empleos; se ubica como la entidad más competitiva del país, aquella donde más empresas se han abierto este año y más inversión extranjera se ha recibido: mil 300 millones de dólares, cantidad originalmente estimada para todo este año.

–¿Cómo ha alterado la presencia del crimen organizado los programas del gobierno de Nuevo León?

–La violencia generada por esos delincuentes afecta la acción pública en todo el país. Pero ya no hay marcha atrás: debemos seguir combatiendo a estas bandas criminales. De ahí la importancia de articular una estrategia, y nosotros lo hemos hecho a nivel local, por la cual atender el problema de la seguridad en su justa dimensión y por quienes tienen que hacerlo.

No se trata, insisto, de eludir la gravedad del problema, pero también debemos poder hablar y discutir otros grandes temas.

–¿Qué razón encuentra para esta eclosión de la violencia en Nuevo León?

–El ingrediente adicional al combate entre bandas es la actuación de la autoridad para enfrentarlas. En Nuevo León están el Ejército, la Armada y la propia autoridad local, porque hemos decidido entrarle también de frente.

“Creamos un grupo de reacción inmediata conjunto. No sé si en otras entidades exista, lo veo difícil, y participamos en operativos. La idea es que las policías tomen otro nivel de participación y estén preparadas, manejen aspectos de inteligencia y reciban capacitación para hacerse cargo del problema.”

–¿Fuerzas locales enfrentando delitos del orden federal?

En México queremos generar cambios a partir de largas discusiones y cuando terminan ya hay otros problemas, dice MedinaFoto Notimex /Archivo

–Tenemos que meternos a esa dinámica porque si no, los nuestros sólo se quedan viendo cómo llegan a actuar los militares, los marinos o los policías federales. ¡No! Nosotros tenemos responsabilidades y debemos estar ahí, ir con ellos. ¿Que son pocos los nuestros para empezar? No importa, con los que haya; la idea es permear y, si obtenemos buenos resultados, incrementar el número de esos policías cuidándolos, pagándoles bien.

Donde hemos detectado a los buenos elementos, los llamamos. Pasan todos los filtros y exámenes y son enviados a actuar con las fuerzas federales.

Desde la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) Rodrigo Medina impulsa la unificación de mandos policiacos y disponer sólo de 32 órganos de seguridad locales, uno por entidad federativa.

–¿Cuál es el sentido de esa iniciativa?

–Tiene una lógica muy fácil de entender: el sistema actual no funciona, no jala. La propuesta es homologar y unificar criterios para hacer frente común a un enemigo al que no por nada se le llama crimen organizado. Y frente a eso hay una gran dispersión y desarticulación para enfrentarlo.

En la zona metropolitana de Monterrey lo vivimos intensamente: lograr la coordinación de 11 municipios es una tarea terrible. Cada corporación tiene su perfil y si los ayuntamientos son de diferentes partidos, pues peor. O si la tecnología adquirida es compatible, etcétera. Total, eso se toma un tiempo que debería emplearse para atacar a la delincuencia organizada.

–¿Y cómo avanza?

–En México siempre queremos generar cambios, pero a partir de las discusiones y en eso pasamos largos periodos. Y cuando después de tanto hablar se encuentra una solución, ¡el problema ya es otro! Pienso que debería ser al revés: generar los cambios y después discutirlos, aunque sé del gran riesgo de equivocarse en el camino.

“Pero en este tema la gente ya está cansada de que los tres órdenes de gobierno nos estemos echando la pelota. Además, este país está sobrediagnosticado. Entonces, esta propuesta está ahí para ser enriquecida, confrontada con otras, pero hacer algo y pronto…”

Medina de la Cruz lleva ocho meses en el cargo. Los ejes de su administración están en la seguridad integral (jurídica, patrimonial, física, la reforma del sistema de justicia penal, profesionalización de las policías, la seguridad preventiva y los centros penitenciarios), generación de riqueza (atracción de inversiones, estímulo al mercado interno, generación y consolidación de clusters), desarrollo social (garantizar agua y drenaje para los próximos 30 años, ampliar el transporte público y dar cobertura total en servicios básicos) y también educación y salud (ampliar la cobertura, actualizar al magisterio y equipar a las escuelas).

En el área metropolitana hay 106 colonias regularizadas, pero sin agua, drenaje, pavimentación ni electricidad. Se trata de pobreza urbana muchas veces peor que la rural. ¡Y es Nuevo León, y es Monterrey! ¡Imagine el resto del país!

A algunas de esas colonias les falta uno de los servicios o todos, añade Rodrigo Medina, pero eso no sólo no es calidad de vida, no es vida, y comenta la creación de un fondo de cien millones de pesos para elevar el piso social, porque a esa gente no le puedes decir tú que somos un estado pujante, vanguardista, si aún no se les puede garantizar, y bien, los servicios básicos mínimos.