Remesas a la baja
Inquietud de intermediarios por sus ganancias
Renuncias en otros países; imprudencia en México
ciertos sectores que hacen pingües negocios con el trabajo ajeno les preocupa la constante caída en el monto de remesas que la paisanada expulsada de su tierra envía a sus familias desde Estados Unidos, principalmente. El gobierno federal y el sector financiero involucrado en la jugosa actividad de intermediación
se manifiestan inquietos
por tal descenso, producto de la crisis económica, que les provoca agujeros en la balanza de pagos, al primero, y una reducción en el margen de ganancias, al segundo.
Apenas ayer el Banco de México informó que en el primer cuatrimestre de 2010 el monto de remesas se redujo casi 9 por ciento, de tal suerte que la captación de divisas por tal concepto registró “la peor contracción de los últimos cinco años en un periodo similar. Entre enero y abril pasados el monto de los envíos de dólares por los trabajadores mexicanos residentes en el extranjero sumó 6 mil 603.3 millones de dólares, lo que representa 652.36 millones menos que los 7 mil 255.66 del mismo periodo de 2009. Sólo en abril se recibieron por este concepto mil 783.95 millones, que contrastan con los mil 949.74 millones enviados en marzo. La disminución en el monto total de las remesas en el primer tercio del año representó una disminución de 9 por ciento respecto del mismo periodo del año previo; pese a este resultado, hay elementos que sugieren que la caída en las remesas está tocando fondo, opinaron analistas del grupo financiero BBVA Bancomer
(La Jornada, Víctor Cardoso).
Pues bien, a pesar de los pesares, la inyección de divisas a la economía mexicana por los paisanos que laboran en Estados Unidos y que fielmente envían dinero a sus familias, se mantiene como la segunda fuente de recursos provenientes del exterior (sólo superada, aún, por el petróleo) y prácticamente duplica el monto de inversión extranjera directa. En 2009, por ejemplo, las primeras acumularon 21 mil 132 millones de dólares (según el Banco Interamericano de Desarrollo), mientras la segunda apenas superó los 11 mil millones. Y para el primer cuatrimestre de 2010 las remesas se ubican como la segunda fuente legal de captación de divisas del país, pues representaron 60 por ciento de los 10 mil 995 millones de dólares obtenidos por exportaciones petroleras durante el periodo
(ídem).
En lo que va del sexenio calderonista, los paisanos que laboran en Estados Unidos han remitido a México poco más de 78 mil millones de dólares en beneficio de sus familias y de la economía nacional, con el agregado de que entran al país sin condicionamiento, caso diametralmente opuesto al de, por ejemplo, la inversión extranjera directa que del gobierno federal recibe una serie de concesiones y cortesías
con tal de que ese capital se quede aquí, por mucho que los resultados sean cuestionables.
De la gruesa aportación que los expulsados de su tierra remiten a su país de origen, Michoacán conserva la rebanada más ancha (10.5 por ciento del total), mientras Guanajuato se queda con 9.1 por ciento, Jalisco con 8.9, y el estado de México concentra 8.2 por ciento. Le siguen Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero (con poco más de 5 por ciento del total cada uno) y el Distrito Federal (4.8 por ciento). La más delgada es para Baja California Sur, con 0.19 por ciento del total.
El descenso en el monto de las remesas enviadas no es exclusivo de México (aunque este país es el que mayor cantidad recibe por tal concepto en América Latina). Por el contrario, es un problema generalizado en la región, donde algunos países dependen en grado sumo de esas divisas, que llegan a representar una proporción creciente de su producto interno bruto, como en el caso de algunas naciones centroamericanas (10 por ciento en Guatemala, 14 en Nicaragua, 18 en El Salvador y 20 por ciento en Honduras). En el caso mexicano la proporción se aproxima a 2.5 por ciento del producto.
En este contexto, el Banco Interamericano de Desarrollo pronostica que los efectos de la crisis sobre los flujos de remesas a América Latina y el Caribe han sido de importancia, en la medida en que por primera vez el monto total de remesas enviadas fue menor al total del año anterior, incluso menor a la cifra registrada en 2006. Sin embargo, a pesar de estas reducciones, las remesas aún representan una fuente de ingreso imprescindible para millones de familias en la región, que dependen de estos flujos para cubrir gastos básicos como la compra de ropa, medicinas o alimentación
.
A corto plazo es poco probable que se observe una recuperación importante de los flujos, debido en gran medida a que no se esperan grandes crecimientos en las economías emisoras de remesas. Pero la desaceleración en la caída de los últimos meses permite plantear una base sobre la cual las remesas puedan mantenerse o incluso experimentar nuevamente un proceso de crecimiento en el futuro cercano, así sea leve. Los datos sobre migración y empleo en economías como Estados Unidos sugieren cierta estabilización, con lo que podría desacelerarse la caída en las tasas de crecimiento de remesas. Aún así, los migrantes han realizado esfuerzos adicionales durante la crisis para mantener el envío de recursos a sus hogares (ahorro, préstamos, anticipos o reducción de gastos), “por lo tanto, incluso ante una recuperación de las tasas de empleo e ingreso, la vulnerabilidad económica de los migrantes después de varios meses de incertidumbre y gastos postergados, puede forzarlos a readecuar sus gastos, buscando asegurar su propia situación antes de incrementar o reanudar sus envíos de remesas.
Las rebanadas del pastel
A puerta cerrada, con rigurosa selección de invitados, sin medios de comunicación, sin grabadoras, sin cámaras, sin cuestionamientos, sin protestas, con plena impunidad… Así pretende el inquilino de Los Pinos dar por concluido
el asunto
de la guardería ABC de Hermosillo, en la que murieron 49 niños y 75 resultaron lesionados… En Alemania renunció el presidente Koehler por formular declaraciones imprudentes
; en Japón renunció el primer ministro Hatoyama por no cumplir una promesa de campaña
; en Inglaterra renunció el ministro del Tesoro, David Laws, por utilizar recursos públicos para fines privados. ¡Qué envidia!, porque en México, la imprudencia y el exceso en el discurso y en la acción son cotidianos; permanentemente incumplen las promesas de campaña y sin más utilizan fondos públicos como si fueran propios. ¡Y siguen en el puesto! ¡Qué horror!