Bruselas, 3 de junio. Un hombre de origen albanés, furioso porque le fue denegada la custodia de sus hijos, irrumpió armado en un tribunal, asesinó a tiros a una juez de paz y su secretario, y logró escapar.

Es la primera vez que algo así ocurre en Bélgica. Es un atentado contra la justicia de este país. La justicia de paz es, por definición, aquella que siempre está del lado de los ciudadanos, dijo el ministro de Justicia, Stefaan de Clerk.

La juez Isabelle Brando, de 61 años, estaba próxima a jubilarse, lo mismo que su asistente, cuya identidad no fue revelada.

Los jueces de paz suelen trabajar en tribunales con jurisdicción local, por lo general en un municipio, comuna o distrito, donde no existe un juzgado de primera instancia. Suelen contar con jueces profesionales (no letrados) que realizan tareas de tipo jurisdiccional.

Según expertos, los juzgados de paz buscan que los conflictos sometidos a su competencia sean solventes gracias a la conciliación entre las partes.

Precisamente, una necesaria reforma a la justicia, considerada obsoleta y arcaica, y el aumento de la seguridad en las prisiones, tras numerosas fugas el año pasado, será uno de los asuntos candentes del gobierno que asuma tras las eleccioones anticipadas del próximo día 13.

En Gran Bretaña, otra nación europea conmocionada por ataques con armas de fuego, se informó que David Bird, hermano gemelo de Derrick, el taxista que ayer asesinó a 12 personas e hirió a otras 25 antes de suicidarse en la región turística de Cumbria, figura entre las víctimas.

La policía señaló que una disputa familiar o problemas económicos son las hipótesis sobre los motivos de Derrick Bird, de 52 años, divorciado y padre de dos hijos.

Y por último, el obispo Luigi Pavodevese, vicario apostólico de Anatolia y presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía, fue asesinado a puñaladas, presuntamente, por su chofer, en la sureña Iskenderun.