Los hundimientos y la frecuencia de fracturas del suelo en Iztapalapa son cada vez más graves. Incluso, en los pasados tres años se formaron grietas en zonas donde no se habían reportado, y donde ya existían han renovado su actividad.

Así lo precisa un informe enviado por la Coordinación de Protección Civil de esa demarcación a los diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), en el que se señala que hay registros de desplazamientos hasta de 15 centímetros en sólo tres meses, en los cuales no ha sido posible identificar la profundidad de la superficie de falla que controla el deslizamiento.

El estudio, elaborado por el Centro de Evaluación de Riesgos Geológicos (CERG) de esa delegación, fue entregado en respuesta a un punto de acuerdo aprobado por el pleno de la Diputación Permanente de la ALDF, en el que se solicitaba tanto a las autoridades de Iztapalapa como a la Secretaría de Protección Civil del Distrito Federal un informe detallado sobre el impacto de grietas y hundimientos en la demarcación.

El fracturamiento del subsuelo es un problema generalizado en la delegación, el cual se ha asociado a la extracción extensiva de agua subterránea. También se ha propuesto que este problema se asocia a fallas geológicas regionales, cuya traza pasaría por la delegación, remarca el documento de la citada Coordinación de Protección Civil.

Las autoridades de Iztapalapa indican que las principales fracturas identificadas hasta ahora son: un deslizamiento por bloques sobre una superficie de falla en los flancos del edificio volcánico del Peñón del Marqués y fracturas erráticas de dimensiones variables (de algunos centímetros a varios metros) determinadas por las condiciones de carga del subsuelo en la planicie lacustre de Santa Martha Acatitla Sur y Santa María Aztahuacán norte.

Añade el informe delegacional que en los puntos donde se han generado fugas de agua o infiltraciones se generan socavones por pérdida de la estructura o colapso del material piroclástico (cenizas y tobas, o piedra caliza muy porosa y ligera), y se propagan a lo largo de fracturas ya existentes.

Por último, aclara que como medidas de mitigación se ha utilizado una mezcla de materiales de construcción y bentonita para el relleno de las fracturas; sin embargo, alerta que las fracturas que han sido tratadas mediante esta técnica no han sido monitoreadas y no se conoce su situación actual.