No habrá nuevas zonas de cultivo para cocales, advierte
Miércoles 9 de junio de 2010, p. 26
La Paz, 8 de junio. El presidente boliviano, Evo Morales, fue relegido el pasado lunes como líder de los combativos sindicatos de productores de coca de la región de Chapare, con la difícil misión de frenar las demandas locales de más permisos para el cultivo de esa materia prima de la cocaína.
El mandatario apenas logró posponer una decisión final sobre el incremento de los cocales, antes de jurar en la noche del lunes en la ciudad central de Cochabamba un nuevo mandato bienal como presidente de las seis federaciones de cocaleros de Chapare, cargo que ejerce desde principios de la década de 1990.
Aunque proclamó aparentemente eufórico el grito de guerra sectorial ¡Causachum coca!¡waiñuchum yanquis!
(¡Viva la coca!, ¡mueran los yanquis!, en lengua quechua), el mandatario advirtió a sus seguidores que el cultivo de coca en el centro del país debía mantenerse bajo control, informaron medios locales.
Por iniciativa del presidente, quien comenzó en los sindicatos cocaleros su actual proyecto político plurinacional y socialista, la decisión de aumentar los plantíos de hoja de coca quedó reducida a un acuerdo preliminar que deberá ser debatido en un próximo congreso sectorial, señaló el diario Los Tiempos de Cochabamba.
“Algunas comunidades dicen que no es suficiente un cato (un octavo de hectárea) de cultivo de coca para subsistir y piden el incremento, pero esto no es posible por una cuestión de política de Estado; no habrá ahora mayor incremento”, dijo el mandatario.
Por una ley antidrogas de la década de 1980 y decisiones gubernamentales de la última década, los cultivos de coca en Bolivia deberían sumar entre 15 mil y 19 mil hectáreas, pero un reporte de Naciones Unidas indicó que hacia finales de 2009 se mantenían en torno a las 30 mil hectáreas.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Colombia y Perú, y en los últimos años ha sido señalada también como ruta de paso de cocaína peruana hacia Brasil y los países europeos.
El mandatario indígena renovó anoche sus denuncias antimperialistas
y su promesa de poner tras rejas a varios destacados opositores refugiados en el extranjero, como el ex presidente neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada y el ex prefecto de Cochabamba Manfred Reyes Villa.
Esta lucha antimperialista que empezamos desde la zona del trópico de Cochabamba (Chapare) es imparable, es irreversible, este proceso es camino sin retorno
, dijo el mandatario.
Pidió a los sindicatos cocaleros reforzar la alerta y la unidad
, ante lo que pronosticó como nuevas conspiraciones de la derecha dirigida por Estados Unidos
durante su segundo mandato quinquenal iniciado en enero.
Morales ratificó la amenaza que hizo el fin de semana en el mismo congreso cocalero, de expulsar a la agencia estadunidense de cooperación al desarrollo, la USAID, si ésta continúa apoyando a organizaciones no gubernamentales supuestamente ligadas a la oposición derechista.
El presidente boliviano expulsó en 2008 al embajador estadunidense y a la agencia antidrogas DEA, acusándolos de injerencia política en asuntos internos. Washington respondió con la expulsión del embajador altiplánico y la exclusión de Bolivia de un programa de beneficios comerciales.
Ambos países negocian desde hace varios meses un acuerdo para normalizar sus relaciones.