En estos momentos en que la clase política vive un proceso de degradación, la jerarquía católica ha aprovechado el arribo de los gobiernos panistas para emprender una fuerte ofensiva contra el Estado laico mexicano, denunció la historiadora Patricia Galeana.

Señaló que muestra de lo anterior es la criminalización –en 18 estados– de los derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo y la tergiversación que se quiere hacer de la historia.

Al participar en el foro organizado por La Jornada en Casa Lamm, advirtió que esta ola conservadora se ha podido contener gracias a la oposición de una ciudadanía organizada que se ha movilizado en defensa de la Constitución y la laicidad, y en contra de que el pecado se vuelva delito, como busca imponer la Iglesia.

Bernardo Barranco, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones de México, dijo que actualmente el Estado laico no sólo está amenazado por los sectores teocráticos de las iglesias, sino también por la clase política y su visión cortoplacista y electoral.

Están tan debilitados sus vínculos con la sociedad que deben hacer alianzas con las iglesias, principalmente con la católica, para buscar la legitimidad perdida, comentó durante el foro La ofensiva de la jerarquía católica contra el Estado laico, realizado la noche del pasado lunes.

Patricia Galeana sostuvo que a pesar de que la Iglesia decadente ahora vive un momento crítico, con un líder desprestigiado por escándalos de pederastia clerical, de 2000 a la fecha en México cunde el fanatismo, porque al igual que otras naciones, con un importante número de población en extrema pobreza, somos el último bastión en el mundo que le queda al clero”.

Puso de ejemplo lo perniciosa que ha sido para el país la alianza Estado-Iglesia, como el arraigo de la intolerancia religiosa durante los 300 años del virreinato y medio siglo de vida independiente de México. En 1857 –agregó–, los liberales rompieron con el absolutismo y dogmatismo religiosos, los cual es la causa de la guerra de Reforma.

La persistente intervención del clero en la vida política los ha llevado incluso a buscar tergiversar la historia, al negar que el cura Miguel Hidalgo y Costilla murió excomulgado.