La participación de padres no es realista
Jueves 10 de junio de 2010, p. 43
La participación de los padres de familia en la escuela no se puede improvisar ni imponerse
, afirmaron especialistas en el sistema educativo nacional. Luego de la publicación en el Diario Oficial de la Federación de los Lineamientos generales para la operación de los consejos escolares de participación social, señalaron que relanzar un viejo proyecto sin un diagnóstico claro sobre la realidad de la comunidad y el entorno escolar actual es reditar un nuevo fracaso
.
Carlos Muñoz Izquierdo, catedrático de la Universidad Iberoamericana, enfatizó que no se trata de una propuesta innovadora; por el contrario, desde el proceso de descentralización de los servicios educativos, suscrito en 1992, fue planteada. Por ello hace falta un análisis más profundo de los factores que influyen en la dinámica escolar
.
Se corre el riesgo, indicó, de que en el ámbito de la escuela se proponga una participación más simbólica que real, pues se parte del falso supuesto de que todas las escuelas son iguales y no es así. No podemos exigir los mismos mecanismos de participación en una escuela urbana que en la de zonas rurales o indígenas, donde existe una tradición de participación comunitaria sobre ejes centrados en el bien común
.
En entrevista por separado, Jazmín Cuevas, profesora-investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, expuso que la participación de los padres fue uno de los objetivos más atractivos de la descentralización educativa en los años 90
, pero que nunca hubo acciones concretas; no obstante, ahora se pretende lanzar una convocatoria al final del ciclo escolar.
Según los lineamientos, los consejos escolares estarán integrados, en al menos 50 por ciento, por padres de familia o tutores. Podrán participar representantes de asociaciones, maestros, directivos, miembros del sindicato magisterial y ex alumnos.
Entre sus funciones están transparentar
los recursos económicos, como control de cuotas; analizar resultados de pruebas estandarizadas y fijar nuevas metas de rendimiento académico, así como fortalecer programas de lectura y crear comités para abordar temas como inseguridad, infraestructura, protección civil, venta de alimentos y bebidas en cooperativas y activación física.