La prematura resurrección del futurismo
ay elecciones en 14 estados del país. Doce elegirán gobernador dentro de 22 días. Parábola del calendario en aras del infantilismo democrático: renace el 4 de julio el presidencialismo, vertical, con sus adherencias viejas junto a las del novenario que padecemos con tricornio de guardia civil y falanges que toman por asalto la mina, instalaciones y casas habitación de Cananea.
Del otro lado vinieron los matones con licencia en 1906. Los del centenario no porfiriano son de acá de este lado, puros federales. Entraron a las humildes viviendas de Cananea viejo sin orden de cateo. A la manera del inenarrable señor Lozano, el que ofrece generosas jubilaciones, superiores a lo que obliga la ley, sin mencionar que son logros de la contratación colectiva. Ah, el señor Lozano es secretario, no ministro del Trabajo. Su jefe se llama Felipe Calderón Hinojosa. El mismo que designó a Juan Molinar Horcasitas secretario de Comunicaciones y Transportes, tejedor de los hilos de fibra oscura adjudicados a Televisa, Telefónica y Megacable; indiciado en el proyecto de dictamen de la Suprema Corte sobre la tragedia de la guardería ABC. En Hermosillo, donde el gobernador Guillermo Padrés dice que la policía federal se queda en Cananea hasta que haya arreglo entre las partes. Para las calendas griegas.
La cárcel de Cananea está situada en una mesa. Viejo corrido que refleja los usos de los cherifes al estilo americano... todos con pistola en mano. Los mineros se niegan a recibir liquidaciones y ser cómplices de la liquidación del sindicalismo mexicano. Hubo pedradas y tal como bajo el puente fronterizo de Ciudad Juárez, las balas se impusieron. Pero hay tregua por los buenos oficios de Fernando Gómez Mont, también secretario de Felipe Calderón, aunque parece ignorarlo César Nava, líder del PAN, del partido oficialista. Así se dice. Ni modo. Tregua por la mediación de Gómez Mont. Pero la violencia no cede: el viernes hubo 19 asesinados en un centro de rehabilitación de Ciudad Juárez, Chihuahua, y se encontraron 22 cadáveres en Ciudad Madero, Tamaulipas.
Lástima que la fiesta del Mundial en Sudáfrica posponga apenas la pausa electorera. Ojala pudiéramos decir como Eduardo Galeano en Babelia (El País, sábado 12 de junio de 2010): Cerrado por fútbol
. Pero las heridas de la guerra de Calderón no cierran. Y se abre anticipadamente la temporada del futurismo presidencial, con el incontinente verbal Vicente Fox como heraldo; con la avasalladora presencia nacional de Enrique Peña Nieto; con la versión tabasqueña de las profecías de Nostradamus, con la que incendia la pradera la desmesura tropical de Andrés Manuel López Obrador: En la presentación de su obra sobre la mafia que se adueñó de Mëxico
, el estratega de Nacajuca defiende a Felipe Calderón y llama a una cruzada para evitar a toda costa el retorno del PRI.
Lo de Fox llevó a los reporteros a preguntarle a Manlio Fabio Beltrones sobre la candidatura presidencial disputada con el del estado de México, a quien el abajeño pronosticaba vencido por el de Sonora. El señor Fox no es muy atinado en sus pronósticos, respondió Beltrones, pero ojalá esta vez acierte. Buen humor para eludir la trampa. Ni adversarios somos, dijo; y si las elecciones fueran hoy, las ganaría Peña Nieto. Pero falta mucho tiempo. ¿Quién sabe? López Obrador lleva cuatro años en campaña, hace el recuento de los ocho mil comités territoriales integrados en los dos mil 500 municipios del país; y evoca al Quinceuñas, a Antonio López de Santa Anna, para equipararlo a Carlos Salinas de Gortari. La pluralidad de partidos reducida a monolito destinado al basurero de la historia. ¿Y qué vamos a hacer con la persistencia del régimen vertical?
Por lo pronto recibir alegremente el retorno de los brujos. El del PRI parece inevitable. Parece, dije. La alternancia en el Ejecutivo de la Unión y el sistema electoral constituido y firme a pesar de sus operadores y de los aprendices de brujos, redistribuyeron el poder, restauraron la división de poderes y trasladaron al Congreso la facultad de dictar la agenda nacional; rehicieron el mapa del federalismo y los gobernadores ejercen poder real sobre su territorio y a través de su representación parlamentaria. A pesar del error de la proporcionalidad en el Senado que hace nugatoria la igualdad de cada entidad en la Federación.
Hay tres fuentes de poder en lo que hace a la disposición de recursos y distribución de posibilidades. Del unto de la expectativa, diría el sabio Carlos Monsiváis. La de Los Pinos, desde luego, con el enorme peso de los pesos a disposición y los puestos para las mesnadas de la empleomanía. Mucho poder, todavía. Aunque hace falta saber usarlo, ejercerlo, afinarlo para concertar y no generar cacofonía, caos, el desastre. Otro tanto, proporción guardada, puede decirse de cada uno de los gobernadores. Y de los líderes, o modestos coordinadores de bancadas de cada partido en el Senado y en la Cámara de Diputados: tienen tribuna nacional y disponen de recursos para hacer política, si no caen en el viejo vicio de hacer política para hacer dinero. Y los partidos, sentenciados a desaparecer o adaptarse a la visión del estratega de Nacajuca, por lo pronto tienen fondos y fuerza para hacer política y políticos.
No es poca cosa. Dentro de 22 días los ciudadanos van a elegir 12 gobernadores. Es mucho lo que se juega el 4 de julio. Y no hablo del futuro de la canciller Espinosa. César Nava y Jesús Ortega decidieron integrar una coalición y sacar al PRI del poder, acabar con cacicazgos ochentones, anticiparse a las profecías del Nostradamus tropical y derrotar al PRI en las elecciones presidenciales de 2012, un año antes. Ah, la ventaja que lleva Peña Nieto en la prematura resurrección del futurismo presidencial. Baste mencionar que después del desastre de Quintana Roo, don César tuvo que apresurarse a declarar que en 2012 no habrá coalición del PAN con los partidos que pastorea Manuel Camacho. ¿Pero hubo quien creyera posible la transustanciación del voto útil en candidato común para evitar el retorno del PRI?
Con razón recorre triunfalmente el país Beatriz Paredes. Hay quien piensa que este año va a ganar el PRI de todas, todas. Carro completo, no. La pluralidad de partidos y la representación proporcional en los municipios y congresos locales llegaron para quedarse. En el PAN, Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Alonso Lujambio aceleran el retorno prematuro del futurismo. Al PRI le van a sobrar barajas. Por ahora, Fidel Herrera Beltrán hace campaña en Brasil y preside la Conago en año de bicentenario y elecciones en 14 estados. Falta mucho tiempo, dice Beltrones. Y todos aprietan el paso.
Se aferra la coalición a Gabino Cué en Oaxaca, a Xóchitl Gálvez en Hidalgo, a Rafael Moreno Valle en Puebla. De los arrepentidos será el reino de los cielos. El gobierno de esos estados, no. Xóchitl Gálvez acusa al gobierno de Hidalgo y debiera recusar el origen foxiano de su incursión en la cosa pública. A Gabino Cué le estorba el liberado líder de la APPO. Ya se le adelantó Eviel Pérez. Y en Puebla cosechan propio y ajeno los operadores políticos.
Cerrado por futbol, el país se desangra. El debilitado
Poder Ejecutivo todavía tiene dientes.