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Colapsos de estructuras, fracturas y deformaciones de vías, entre los problemas, dice

Cinco líneas del Metro, afectadas por hundimientos diferenciales: Bojórquez

Por las condiciones de la ciudad, esto no puede detenerse, asegura en informe a la ALDF

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Las instalaciones del Metro se han convertido en punto de encuentro para disfrutar de los partidos del Mundial de Sudáfrica. La imagen muestra la estación Hidalgo durante el cotejo España-SuizaFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de junio de 2010, p. 33

Las líneas 4, 5, 9, A y B del Metro, que diariamente trasladan a cerca de dos millones de pasajeros, sufren hundimientos diferenciales que han ocasionado colapsos de estructuras, fracturas, grietas, deformación del sistema de vías, emergimiento (sic) de tramos, así como desplazamientos horizontales y verticales del cajón (o superficie donde corre el convoy), lo que en algunos casos representa riesgos para la seguridad de los trenes y los usuarios.

Así lo detalla un informe enviado por las autoridades del Sistema de Transporte Colectivo (STC) a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), el cual precisa que, por las condiciones geográficas de la ciudad de México, el fenómeno del hundimiento regional no puede detenerse y continuará por tiempo indefinido.

El documento –de más de 100 cuartillas– está firmado por el director del STC-Metro, Francisco Bojórquez Hernández, y en él se explican también las acciones que se realizan para frenar esa tendencia de deterioro y las que se llevarán a cabo en los próximos dos años.

La primera parte del diagnóstico refiere que el hundimiento regional evoluciona con el tiempo y afecta principalmente las líneas o tramos elevados y superficiales, particularmente cuando se localizan en las cercanías o sobre las zonas de transición geotécnica.

En el caso de los tramos elevados del Metro –añade– se presentan movimientos diferenciales entre apoyos, que en casos críticos han ocasionado la pérdida de apoyo de las trabes, poniendo en riesgo su estabilidad, y cita como ejemplo el tramo Puebla-Pantitlán y las pasarelas (o pasillos) elevadas de las estaciones Talismán, Bondojito, Consulado, todas de la línea 4, y la pasarela sur de la estación Pantitlán, línea 9.

Respecto de las líneas que corren en superficie, el informe –fechado en junio de 2010– destaca que ahí existen diversos tipos de daños estructurales, deformaciones verticales del cajón y del sistema de vías, movimientos longitudinales y transversales del cajón, así como la formación de oquedades en el suelo de apoyo, lo que provoca la concentración e incremento de esfuerzos, poniendo en riesgo la estabilidad del cajón.

En lo particular, se informa que todo el tramo elevado de la línea B y 60 por ciento de la línea 9 presentan un emergimiento a una velocidad que va de 3.6 a 4 centímetros por año, mientras que de 25 a 30 por ciento de las líneas 4 y 5 presentan afectaciones por esos asentamientos, que en algunos casos han obligado a reducir la velocidad de operación del Metro.

Frente a esa realidad, se señala en el documento que se requiere un sistema de monitoreo que identifique el comportamiento de las estructuras que integran las líneas del Metro y así conocer los sitios potenciales de riesgo y definir las soluciones de rehabilitación adecuadas.