El Tri, obligado a ganar
istos los 32 equipos del Mundial 2010, lo que más ha destacado en las canchas sudafricanas ha sido el polémico balón; fuera de ella, las escandalosas vuvuzelas y las chicas holandesas expulsadas.
Por lo demás, se trató de partidos de presentación decepcionante, donde imperó el futbol defensivo, con un Brasil al que se le congeló la magia, y con una España que se puso la verde y falló múltiples ocasiones de gol.
El marcador que ha predominado en los 16 juegos es 1-0, con seis en total. Le sigue el de 1-1, con cuatro. Se anotaron 25 goles, con una media de 1.56 por encuentro. Pero más allá de los números, el futbol ha sido limitado, por no decir feo.
Los técnicos dicen que el verdadero Mundial comenzará en octavos; sin embargo, los fanáticos esperan que los equipos superen el miedo del debut y que en segundos encuentros muestren mejoría, como se vio en el duelo Sudáfrica-Uruguay, el primero de la segunda fase de enfrentamientos.
Finalmente, los charrúas han formado un buen conjunto. Siempre les han sobrado las individualidades, pero el goleador Diego Forlán tiene atrás un equipo compacto, que defiende con orden y ataca con peligrosidad. El resultado complica las aspiraciones mexicanas. Obliga al triunfo ante Francia, equipo venido a menos, pero potencia al fin.
Sudáfrica casi está eliminada, mientras Uruguay acaricia el boleto y con esa motivación enfrentará el duelo ante un Tri que podría llegar apenas con un punto.
El bajo nivel del futbol podría explicarse porque la FIFA se preocupa más por aspectos publicitarios –como estar pendiente de la publicidad ingresada, cual caballo de Troya, con rubias de minifalda naranja–, que por algo tan fundamental como el balón.
En 2009 la FIFA ganó 196 millones de dólares y aumentó sus reservas a mil millones. No estaría mal que con tanta riqueza buscara beneficiar más a los jugadores, que van al Mundial luego de una extenuante temporada –lo que explica las lesiones de último momento– a batallar con un balón playero.
Los apostadores ubican a España, junto con Brasil, como favoritas al título. La llamada furia roja enfrentará a rivales que parecen más accesibles que Suiza, como Honduras y Chile, pero irá contra su propia historia mundialista, que siempre ha sido decepcionante.