Guardalavaca, Holguín, 17 de junio. A lo largo de unos 700 kilómetros para llegar desde La Habana a este lugar, donde se enclava el hotel más grande de Cuba, no hubo un solo sitio en el que no se escuchara la voz de un tres, una guitarra, los bongós, un violín, un contrabajo, unas maracas, un güiro, una flauta transversal, un piano y unas claves, para proclamar que el cubano es un pueblo rotundamente poético, musical, trovero y bailador desde Pinar del Río hasta Guantánamo.

La música, de todas las artes, es el elemento de identidad en esta tierra tropical, donde la danza, la escultura, el grabado, la pintura, la literatura, el teatro y el cine recuerdan a cada paso que, en cualquiera de sus manifestaciones, la poesía es más indispensable para la vida que la industria, como enseñó su héroe nacional, José Martí.

Cuba es mucho más que un destino de sol y playa para quienes la visitan. Es una sociedad en transformación que lucha por el sentido de la justicia para sí y para el mundo. Un lugar que desde Las Tunas proclama desde una barda: Brillamos con luz propia. No seremos colonia de nadie; que desde Ciego de Ávila plantea: Revolución es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio y por Camagüey sentencia: Revolución es no mentir jamás ni violar principios éticos.

Dispone de unas 52 mil 500 habitaciones habilitadas para brindar servicio al turismo y pretende incorporar 20 mil más en los próximos cinco años. Según los informes del Ministerio de Turismo, 65 por ciento de las habitaciones disponibles corresponden a las categorías de cuatro y cinco estrellas, 21 por ciento son de tres y el 14 por ciento restante de dos y una estrellas.

Luego de que 2010 no tuvo un buen comienzo, en marzo y abril de este año se concretó el cuatrimestre más alto de visitantes en la historia del turismo en Cuba, con el arribo de un millón 53 mil personas, 208 por ciento más de los que recibía en un año hace dos décadas.

Guardalavaca es parte del proyecto para construir, con capital propio, uno de cuatro hoteles cinco estrellas. En Cayo Coco se edificará otro y uno más en el sector internacional de Varadero, mientras la ciudad de Trinidad, aquel emporio azucarero de la provincia de Sancti Spíritus que llegó a contar con más de 40 ingenios a mediados del siglo XIX, se prepara para acoger su primer hotel de cinco estrellas en la playa de Ancón.

El ministro de Turismo, Manuel Marrero, informó que continúa la recuperación de instalaciones patrimoniales a través de los Hoteles Encanto. En mayo abrió el E Royalton en el centro histórico de Bayamo en la provincia de Granma, y este año se terminarán el hotel E Barcelona en Remedios, el Velazco en el centro histórico de Matanzas y el Camino de Hierro en el centro histórico de Camagüey.

Además han iniciado los trabajos en el hotel E La Ronda, precisamente en la ciudad de Trinidad, donde se trabaja simultáneamente en la recuperación del Valle de los Ingenios, aquel que llegó a producir 700 mil arrobas de azúcar para endulzar el paladar de Europa en el siglo XIX.

Pero ningún éxito en turismo ni en ninguna otra actividad podrían ser sin la participación del pueblo que adoptó al Tocororo como el símbolo de su nacionalidad. Es una ave que habita en los bosques tropicales de Cuba, llamada así por el sonido onomatopéyico de su canto. Su plumaje es azul, rojo y blanco como los colores de mi bandera, y tiene una característica: no puede vivir en cautiverio, cuenta Taimara Montoya.