ONG culpa a las raíces religiosas del estado por ese tipo de ejecución
Sábado 19 de junio de 2010, p. 18
Salt Lake City, 18 de junio. Por primera vez en 14 años, un reo estadunidense fue ejecutado hoy por un pelotón de fusilamiento en la cárcel Draper del estado de Utah.
Cubierto con una capucha negra sobre la cabeza y un blanco sobre su ropa que marcó la ubicación precisa del corazón, francotiradores de la policía acabaron con la vida de Ronnie Lee Gardner, de 49 años, sentenciado a muerte hace 25 años por doble homicidio.
Gardner fue arrestado por robo y asesinato, pero su situación se complicó más cuando en pleno juicio en un tribunal estatal intentó fugarse, arrebató la pistola a un alguacil y mató a tiros a un abogado presente en el recinto.
Apenas 17 minutos después de la medianoche, Gardner fue declarado muerto por las autoridades. Poco antes fue conducido a un cuarto acondicionado para la ejecución con un silla, en la que por ley debe sentarse para ser acribillado por cuatro balas, en este caso de rifles de la marca Winchester, calibre 30/30.
Los ejecutores, formados en línea a 25 metros del prisionero, fueron cinco agentes voluntarios. Por ley, uno de ellos debió portar, sin saberlo, un arma descargada, de modo que si alguno llegara a padecer remordimientos por la muerte del convicto, quedara en condiciones de imaginar que su disparo no fue letal.
Por petición del reo, ningún familiar pudo sumarse al grupo de testigos de la ejecución, entre ellos nueve reporteros. Después de ser sentenciado, Gardner tuvo la opción de decidir entre el fusilamiento y la inyección letal..
Con su ejecución, suman tres los hombres que mueren fusilados desde que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos reinstauró la pena de muerte en el país.
Los abogados de Gardner pidieron al gobernador de Utah, Gary Herbert, que concediera el indulto, pero éste rechazó la solicitud aduciendo que todas las instancias judiciales –la Junta de Indultos y Libertad Condicional del estado y varios tribunales– estudiaron el caso sin hallar vías que favorecieran al homicida.
Aunque la sentencia esté fundamentada en la ley, señaló Elizabeth Semel, directora del seminario Pena de Muerte, de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Berkeley, su ejecución también está relacionada con las raíces mormonas de Utah, donde ante la idea de que alguien cometió un asesinato, la única manera de que realmente pueda demostrar remordimiento y ser castigado como corresponde es mostrando su propia sangre
.