ifícilmente el ídolo de un equipo está en la banca. Es el caso de Marcelo Bielsa, el Loco, quien ha hecho olvidar a los chilenos décadas de frustraciones y que, tras la victoria frente a Suiza, incrementó sus bonos al lograr por primera vez dos triunfos consecutivos en un Mundial. No obstante, el país andino se jugará su pase a octavos ante la incierta España.

El Loco, un obsesivo de la táctica y el análisis de videos –tareas en las que llega a emplear hasta a 10 personas y meses enteros de trabajo–, y que en los entrenamientos poco le falta para cuadricular el campo y ubicar a sus hombres como piezas de ajedrez, ayer salió airoso sobre otro estratega frío y metódico, el profesor de matemáticas Hitzfeld, para quien el orden es la máxima de su vida.

A Marcelo, con fino olfato para detectar talentos, le han ofrecido la nacionalidad chilena, y el equipo de sus orígenes, Newell’s Old Boys, puso su nombre al estadio donde juega. En México hizo buen trabajo en Atlas y América, y sería bueno verlo de vuelta como probable sustituto de Javier Aguirre, siempre más dado a ir a la caza de nuevas metas.

Los lusos llegaron ante los norcoreanos con motivos de sobra para conquistar la victoria: rendir un homenaje a su fallecido premio Nobel José Saramago y, a pesar de que la todopoderosa FIFA apenas les permitió portar un moño negro durante la ceremonia de los himnos, en la cancha quedó claro que era día de poner en alto el nombre de Portugal.

Eusebio, la Pantera Negra, presenció el festín de goles y sin duda evocó el Mundial de 1966, cuando en forma espectacular dieron la vuelta y vencieron 5-3 a los norcoreanos. Inmejorable marco para que el cuestionado Cristiano Ronaldo se sacudiera la presión tras dos años de sequía y se rencontrara con el gol en este certamen, en el que prometió explotar.

España en cambio no termina de validar la condición de gran favorita. Honduras se presentó como segura víctima y la furia roja sólo tuvo capacidad para anotarle dos tantos. David Villa, flamante adquisición del Barcelona, máximo goleador en la Eurocopa 2008 y en la fase eliminatoria, no pudo redondear su gran noche al fallar un penal.

Uruguay, pese clasificar en la repesca, es sin duda el más duro sinodal de México de la primera fase. Sin los nervios del debut y lejos de la crisis que afectó a Francia, hoy se podrá vislumbrar para qué está el Tricolor.

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