Viernes 25 de junio de 2010, p. 5
París, 24 de junio. Luego de ser eliminada en la primera ronda del Mundial 2010, la selección francesa regresó a su país, protegida por un gran despliegue de seguridad, la presencia de muchos periodistas y poco público.
Thierry Henry fue conducido inmediatamente al Palacio del Eliseo en un coche oficial que lo esperaba y que había sido puesto a su disposición por la Presidencia de la República, mientras Franck Ribéry viajó a Munich, donde este viernes será operado de la ingle.
Desde primera hora, vehículos de la policía y gendarmería se apostaron en la terminal del aeropuerto de Le Bourget para evitar cualquier incidente en el recibimiento del equipo.
Pero el regreso a casa de les bleus no levantó expectación entre los hinchas, acaso la de un empleado de la ciudad vecina de Dugny, Shérif Amdi, de 32 años, quien reprochó al equipo la mala actuación en Sudáfrica: Han manchado la camiseta francesa
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El presidente del país, Nicolas Sarkozy, quien canceló una reunión con la representante de 130 ONGs, pero recibió a Henry, dijo al diario local Le Canard Enchainé: La opinión pública exige que arreglemos todo, debemos empezar desde cero
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El mandatario había convocado para octubre a una conferencia que analice reformas al futbol y exigió cambios, lo que algunos interpretaron como un pedido de que renuncie el dirigente del balompié, Jean-Pierre Escalettes.