Washington, 24 de junio. El gobierno de Estados Unidos perdió este jueves otra disputa legal cuando un juez rechazó su pedido para dejar en suspenso la revocación de la veda a la perforación petrolera en aguas profundas, que ordenó el presidente Barack Obama a finales de mayo después del derrame de British Peroleum (BP) en el Golfo de México.

Luego de revertir la moratoria el martes pasado, el juez federal en Nueva Orleáns, Martin Feldman, rechazó una solicitud del gobierno de Obama de congelar su fallo mientras se define la apelación que presentó a última hora del miércoles anterior.

Según su petición, el gobierno pedía una suspensión temporal hasta que se dé la resolución por el tribunal de apelación.

El magistrado emitió una breve ordenanza que niega el pedido donde se remite a su dictamen previo, que calificó la veda de arbitraria, muy difícil de alcanzar e injustificada debido a su impacto sobre miles de trabajadores de la industria petrolera y en las comunidades, en un fallo favorable a una demanda presentada por una decena de compañías petroleras multinacionales.

El gobierno presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos, mientras revisa la moratoria de seis meses para hacerla más flexible y abrirla a ciertas áreas para la perforación en aguas profundas, de acuerdo con un anuncio hecho la víspera por el secretario del Interior, Ken Salazar, quien dijo que con la nueva directriz se quería responder a las inquietudes del tribunal.

Ante una audiencia en el Congreso, Salazar, dijo que estaba al tanto del impacto de la moratoria sobre la economía de la costa estadunidense del Golfo de México, pero que era necesaria.

Además, Feldman le dio al Departamento del Interior 30 días para presentar sus argumentaciones. En ese contexto, el último dictamen del juez representa malas noticias para la Casa Blanca, que está a la defensiva mientras sus críticos califican su actuación como una lenta e ineficaz respuesta al derrame en el Golfo de México, que lleva 66 días.

Feldman aprovechó la ocasión este jueves para comprometerse a publicar sus ingresos financieros, después de que se supiera que posee acciones en algunos grupos petroleros, según informaron algunos medios de prensa.

En tanto, BP anunció haber retomado sus operaciones de bombeo en el Golfo de México, tras una suspensión de unas 10 horas, luego de colocar nuevamente la cúpula de contención utilizada para recolectar parte del crudo que se está escapando del pozo dañado frente a las costas de Luisiana. Aunque, con una absorción mucho menor a los 16 mil barriles diarios que venía capturando.

Según estimaciones de científicos, entre 30 mil y 60 mil barriles de petróleo se están virtiendo diariamente al Golfo de México. Esto significa que los esfuerzos para frenar la fuga sólo logran capturar una fracción pequeña de la cantidad global referida.

La trasnacional británica ha dicho que será hasta agosto cuando recién logrará solucionar el problema en definitiva, con la apertura de dos pozos de alivio.

La interrupción del bombeo se produjo cuando un robot submarino colisionó contra la estructura del sistema de absorción de crudo, que envía el petróleo capturado a un barco en la superficie, lo que provocó que los hidrocarburos manaran sin control desde el lecho marino del golfo.

BP removió el pasado miércoles la tapa de contención para evaluar su estado, cuyo sistema fue instalado desde el 3 de junio.

Los títulos de BP perdieron casi la mitad de su valor de mercado desde el accidente. En Nueva York, las acciones cayeron 3.54 por ciento, a 28.61 dólares, tocando un mínimo de un año. Los valores de la compañía cerraron con una baja de 2.47 por ciento en Londres.

Los accionistas están preocupados por el monto que deberá pagar BP por la limpieza del desastre en el Golfo de México.

Pero los cambios en el tiempo podrían obstaculizar los esfuerzos de limpieza y la recolección de petróleo del derrame. El Centro Nacional de Huracanes informó que una tormenta tropical sobre la parte occidental del mar Caribe podría convertirse en una depresión tropical en las próximas 48 horas, mientras el meteoro avanza hacia el Golfo de México.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica autorizó la apertura de 20 mil 700 kilómetros cuadrados de áreas de pesca, anteriormente cerradas en el golfo, porque no se ha visto crudo en ellas. Tales zonas se localizan en el sur de Misisipi y frente a las costas de Luisiana y la parte central de Florida; pero alrededor de 30 por ciento de las aguas federales en el golfo siguen cerradas.

En Miami, autoridades locales informaron que la marea negra cubrió ya unos 4.8 kilómetros de playas de Pensacola, en el noroeste de Florida, en lo que constituye el mayor golpe al estado reconocido por sus blancas playas y su enorme atractivo turístico.

Los desechos petroleros fueron descubiertos entre el muelle de la playa y la estación de vigilancia en Fort Pickens.

Los gobernadores de Texas, Rick Perry; de Luisiana, Bobby Jindal; de Misisipi, Haley Barbour, y de Alabama, Bob Riley, anunciaron que declaran el próximo domingo 27 como Día de Oración por el Golfo de México, afectado por la peor catástrofe ecológica en la historia de Estados Unidos. Dijeron que esta iniciativa se hace en honor de quienes murieron o han perdido sus empleos debido al derrame, calificado por los expertos como una hecatombe ambiental por el mal manejo de la crisis por BP.