Los permisos, en áreas de importancia ambiental de BCS y Sinaloa
La autorización se da pese a efectos que sufren los humedales, dice
Viernes 25 de junio de 2010, p. 36
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó la construcción de tres complejos turísticos en Baja California Sur y Sinaloa con un total de 76 mil cuartos –el triple de los que existen en Cancún. El permiso va en detrimento de arrecifes y manglares con alta importancia ambiental debido a que son cuna de pesquerías y protegen las costas contra huracanes, señaló Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California.
En la presentación del documento México ante el cambio climático, elaborado por Greenpeace, Ezcurra advirtió que esas autorizaciones se dieron a pesar de los efectos que los humedales ya sufren por el cambio climático, y precisó que todos los ecosistemas marinos ya enfrentan daños por este fenómeno.
Detalló que entre los efectos negativos están el crecimiento en el nivel del mar, que se observa por la intrusión de agua marina en los suelos; la entrada de agua dulce en los humedales costeros; el incremento de eventos extremos –como huracanes– y el aumento de la temperatura de la superficie marítima que afecta los arrecifes de coral.
Todos estos fenómenos son perceptibles y están afectando ecosistemas muy importantes
, apuntó en una conferencia que ofreció vía Internet.
El ex presidente del Instituto Nacional de Ecología explicó que el calentamiento global sobre los ecosistemas marinos se multiplica
con la presencia de proyectos turísticos. Ejemplificó que en Cancún la construcción de edificios en la barrera costera y la contaminación que genera la densidad hotelera han incidido en la desaparición de arena de las playas.
Añadió que hay otros proyectos ya aprobados por la Semarnat, aunque hay dudas de su viabilidad en este contexto de cambio climático
, como el Centro Integralmente Planeado en Escuinapa, al sur de Sinaloa, y cercano a Marismas Nacionales, Nayarit, una de las zonas de humedales más importantes del país. Allí se prevé la construcción de 44 mil 200 cuartos –el doble de los que hay en Cancún– y cuatro campos de golf; estará a una altura de menos de dos metros sobre el nivel del mar, no puede uno dejar de preguntarse qué va a pasar en unos años, cuando continúe el aumento del nivel del mar
.
A eso, dijo, se suma que frente a La Paz, Baja California, los humedales ubicados en el Mogote y que protegían la bahía han sido afectados por la edificación de un complejo turístico de 2 mil cuartos y 2 mil condominios. Algo similar, agregó, sucede a un lado del parque nacional del arrecife Cabo Pulmo, donde con el proyecto Cabo Cortés están en construcción 30 mil cuartos y un campo de golf que ponen en riesgo el ecosistema.
Ezcurra consideró urgente aplicar una agenda de conservación para los mares, con énfasis en ecosistemas frágiles como los manglares, lagunas costeras, arrecifes coralinos, montes submarinos y zonas de agregaciones reproductivas. El daño ya está ocurriendo, lentamente, casi imperceptiblemente, pero está avanzando día con día
.
Los impactos económicos
El documento de Greenpeace incluye textos de 19 científicos y expertos que documentaron la vulnerabilidad del país ante el cambio climático. De acuerdo con los investigadores 21 por ciento de la vegetación del país será afectada negativamente a consecuencia del cambio climático hacia 2020; los impactos en la economía mexicana podrían alcanzar hasta 40 por ciento del PIB para finales de siglo y en el Distrito Federal, Veracruz y Mexicali se han intensificado las olas de calor.
Beatriz Bugeda, presidenta del Observatorio Ciudadano de Vigilancia Ambiental, destacó en su participación que ante la realización de la 16 conferencia de las partes de cambio climático en Cancún, en diciembre próximo, es decepcionante ver la poca información del gobierno federal y parece haber una consigna para bajar el perfil de la reunión
.
A su vez, Patricia Arendar, directora en México de Greenpeace, sostuvo que el calentamiento global amenaza la vida tal como hoy la conocemos por lo que es imperativo que las autoridades actúen frente a este fenómeno
. Agregó que debe haber políticas públicas y presupuestos claros en un fondo de adaptación dirigido a minimizar los impactos en los sectores más vulnerables, ya sean ecosistemas o comunidades.