La celeste apuesta todo por recuperar su lugar entre los grandes
Luis Suárez repite la hazaña de Forlán y anota dos goles en un partido
El contragolpe, señal de identidad de la selección charrúa
Domingo 27 de junio de 2010, p. 3
Port Elizabeth, 26 de junio. Diego Forlán hizo hace 10 días ante Sudáfrica lo que ningún uruguayo lograba en un Mundial desde 1954: dos goles en un partido. Luis Suárez decidió hoy que no se podía esperar otros 56 años para repetirlo.
El delantero del Ajax anotó los dos goles de Uruguay ante Corea del Sur en los octavos de final del Mundial y colocó a su país, dos veces campeón mundial, entre los ocho mejores por primera vez en 40 años.
Suárez se besó el escudo tras lograr el primer tanto a los ocho minutos. Con el segundo, que ponía el definitivo 2-1 a 10 minutos del final, enloqueció. Saltó por encima de los fotógrafos que buscaban la imagen del éxito y, en medio de una fuerte lluvia en el estadio Nelson Mandela, acabó enterrado bajo una montaña de camisetas celestes.
Era el gran momento de Suárez (23 años), un atacante que llegó a Sudáfrica cuestionado por la diferencia de su rendimiento en la selección y en su club (35 goles esta temporada), pero hoy sus dos goles lo inscribieron en los libros del futbol uruguayo.
Desde Suiza 54, el equipo celeste no ganaba dos partidos seguidos en un Mundial. En Sudáfrica acumula ya tres, el mismo número de goles de Suárez, que ya está entre los máximos goleadores del torneo.
Los uruguayos jugarán por un lugar en semifinales contra Ghana. La vez anterior que la celeste había estado en cuartos de final fue en México 1970.
Ante 30 mil 597 espectadores, la pelota fue de los sudcoreanos, pero daba la sensación de que la tenía cedida por parte de los uruguayos, quienes se sienten cómodos sin el balón, esperando el contragolpe.
Es una seña de identidad. En su 11 inicial había tres delanteros, Forlán, Suárez y Edinson Cavani, pero todo Uruguay se siente comprometido con la contención. Es un equipo muy difícil de batir y con un gol a favor su propuesta se reafirma. Y el 1-0 llegó muy pronto.
Cavani abrió a la banda izquierda buscando a Forlán, quien envió centró y el balón se paseó entre el arquero y la defensa para llegar hasta segundo palo, donde Suárez lo esperaba solo para rematar.
La pelota al poste que lanzó apenas tres minutos antes Park Chu Young, era ya un susto remoto. Uruguay tenía el partido donde quería.
En uno de sus contragolpes, un disparo de Máximiliano Pereira topó dentro del área con la mano de Ki Sung Yueng, pero el árbitro alemán Wolfgang Stark, de buen trabajo, decidió que no era punible.
El 2-0 pudo llegar poco después del descanso, pero Suárez pecó de individualista y su disparo fue atajado por el arquero.
Corea del Sur tenía que reaccionar y buscó ensanchar el campo y entrar por las bandas.
El gol del empate llegó en jugada confusa en el área uruguaya al 68. Victorino despejó mal un tiro libre y la pelota cayó en la cabeza de Lee Chung Yong, quien anotó el único tanto recibido hasta ahora por la celeste.
Uruguay supo reaccionar y 18 minutos después Suárez hizo el gol de la tarde. El ariete recibió el rechazo de un tiro de esquina en un ángulo del área, regateó buscando espacio hacia adentro y golpeó al balón con una comba que hizo inútil la estirada de Sung.
Los surcoreanos, que llegaron a octavos de final por segunda vez en su historia –la primera fue como anfitriones en 2002, cuando alcanzaron las semifinales–, lucharon hasta el final con base en su poderío físico.
Lee Dong Gook recibió dentro del área un pase en profundidad, pero Muslera le ganó el mano a mano. No hubo tiempo para más. Uruguay apuesta de nuevo por recuperar su lugar entre los grandes.