Biskek, 26 de junio. La totalidad de los casi 75 mil refugiados kirguisos que huyeron a Uzbekistán por la violencia étnica desatada en el sur de Kirguistán regresaron a su país, indicaron este sábado las autoridades kirguisas, la víspera del referendo constitucional.

Todos los campos de refugiados en Uzbekistán están ahora cerrados, declaró a los periodistas el director adjunto de los guardias fronterizos kirguisos, Tcholponbek Turrussbekov.

Según Turrussbekov, 75 mil 380 refugiados regresaron a Kirguistán. Unos 380 aún se encuentran en la vecina Uzbekistán, ya que fueron hospitalizados en los nosocomios locales, precisó.

En total unas 400 mil personas huyeron del sur de Kirguistán después de los sangrientos enfrentamientos étnicos de mediados de junio; una parte de ellos se refugió en Uzbekistán y el resto se dispersó en el interior del país.

La violencia entre kirguisos y la minoría uzbeka dejó unos 2 mil muertos según las autoridades.

Observadores temen que el referendo previsto para este domingo en el país sobre una revisión de la Constitución desencadene nuevas tensiones. Este sábado, la región mantenía una jornada de silencio para evitar cualquier campaña que llame al abstencionismo.

El gobierno interino, que llegó al poder en abril tras un levantamiento popular, espera que este voto estabilice al pequeño país de Asia central afectado por la pobreza y las crisis políticas.

Justo fuera del centro de la ciudad, una escuela elite de la era soviética de Kirguistán, indemne pese a choques graves, también se preparaba para el plebiscito, con un grupo de funcionarios electorales kirguisos que controlaban urnas en el aula de álgebra.

En la actualidad sólo hay anarquía y caos en Osh. Debemos terminar todo esto, por eso queremos el referendo, dijo la presidenta del cuerpo electoral, Ainura Eshmatova. Respecto a los uzbekos, es su decisión votar o no. Nadie puede forzarlos a votar.

En un cementerio en Osh, soldados desenterraron y se llevaron los cuerpos de las víctimas de la violencia, provocando la ira de los residentes que exigían una adecuada investigación antes de que los cadáveres se degraden.

Vinieron soldados y los desenterraron. Se llevaron a los que no habían sido identificados, dijo un hombre que demandó el anonimato. Nuestra gente no quería que se hiciera esto a menos que hubiera una comisión oficial.

Añadió que sólo uzbekos estaban enterrados en el lugar y que algunos restos sólo eran pilas de huesos carbonizados.