Miércoles 30 de junio de 2010, p. a16
Nueva York, 29 de junio. Jack Kevorkian ganó el apodo de Dr. Death (Doctor muerte) al ayudar a más de 130 pacientes enfermos terminales a suicidarse, pero incluso ese activista del derecho a morir admite que le teme a la inevitable muerte.
Kevorkian, de 82 años, es el tema principal del nuevo documental de HBO Kevorkian, el cual repasa una carrera llena de matices, que incluye su paso por prisión durante ocho años y medio por homicidio en segundo grado entre 1999 y 2007.
La película, de 90 minutos, retrata sus reflexiones sobre la vida, la muerte y el futuro, entrevistas con familiares cercanos, colegas e incluso su ex compañero de celda, con algunas confesiones francas.
Creo que le temo a la muerte como todo el mundo
, dijo Kevorkian, ex patólogo. Pero eso simplemente se debe a que estoy tranquilo
, agregó.
Una faceta distinta
Kevorkian revela un lado distinto de Dr Death: pintor provocativo, compositor, inventor estrafalario, mal director de cine y golfista terrible.
Además, la película también sigue a una de las figuras más cuestionadas de Estados Unidos cuando anunció su postulación al Congreso, en 2008.
Entonces, ¿cómo se siente respecto de su reputación mundial como Dr. Death?, se le preguntó. “Supongo que si dijeran Dr. Life (Doctor vida) la gente estaría feliz”, respondió Kevorkian.
A las personas se les enseña que la vida es un regalo maravilloso. Por supuesto, si estás sano, comes bien y tienes trabajo, pero pregúntale a alguien en Darfur o en Afganistán si piensa que la vida es un regalo. Muchos no estarían de acuerdo con lo que decimos
, agregó.
Dijo que el mundo tiene una actitud hipócrita sobre la eutanasia voluntaria o suicidio asistido.
“Hemos evadido la muerte porque no nos gusta. La religión se refiere a ella como un gran enemigo, déjenla en paz.
Si podemos ayudar a las personas a que vengan al mundo, ¿por qué no podemos ayudarlas a salir de él?
, se preguntó.
El patólogo armenio-estadunidense dice que no se arrepiente de nada, ni siquiera de su encarcelamiento por la muerte de Thomas Youk, de 52 años, en 1998, quien se encontraba en la etapa final de una esclerosis lateral amiotrófica.
Pero admitió que algunos momentos de su paso por prisión fueron una tortura.
¿Qué fue lo más difícil en prisión? Escuchar los ronquidos
, dijo Kevorkian.