Alejandro Almazán y Bef compartieron la creación literaria con el público
Viernes 2 de julio de 2010, p. 8
Dos historias que transitan entre la violencia y el humor negro, el narco y la incongruente realidad del México contemporáneo. Una situada en Sinaloa; la otra, en la capital de la República. Ambas nacidas en el momento, de manera improvisada, a contrarreloj y a ritmo de la música de un diyéi.
El ejercicio entre dos jóvenes escritores, Alejandro Almazán y Bernardo Fernández, conocido como Bef, representa algo más que un mano a mano literario, un duelo de plumas e imaginación. Fue una experiencia en la que el público asistente pudo no sólo conocer de manera directa el proceso de la creación literaria, sino involucrarse y participar.
Ése es el propósito que se planteó hace cuatro años en Argentina y con el que este 2010 llegó a nuestro país el Jam de escritura: Que el lector conozca de forma directa cómo es el trabajo de los escritores
, según explica Julieta Bliffeld, una de las dos organizadoras de este proyecto en el país. La otra es Tai La Bella Damsky.
Ésta es una iniciativa novedosa de carácter independiente que surgió en Argentina a instancias de Adrián Haidukowski, con la idea de socializar la lectura, sacar la escritura a la calle; que las personas vean cómo es para un escritor enfrentarse a la hoja o la pantalla en blanco
, agrega la promotora cultural de origen argentino en entrevista.
Buscamos fomentar la lectura y para ello consideramos un buen paso que las personas participen en el proceso de la creación literaria, en un ambiente cómodo, agradable, en el que pueda intervenir y dar ideas a los autores; decirles si les gusta el texto que escriben en ese momento.
Eso ocurrió la noche del miércoles en la Casa Refugio Citlaltépetl, donde se desarrolló el segundo Jam de escritura que tiene lugar en el país. El anterior ocurrió en la misma sede, el pasado 3 mayo, con la participación de Mario Bellatin y Daniel Escoto, además del diyéi Agustín Peña.
Esa ocasión el turno fue para el periodista y escritor Alejandro Almazán y el escritor, historietista y diseñador gráfico Bernardo Fernández, con Feli Dávales como responsable de la música.
Parte central de la dinámica fue que los autores debieron improvisar sus historias a partir de una frase extraída al azar de un libro por alguien del público. En el proceso de escritura debían asimismo consultar a la audiencia ciertos detalles esenciales, entre ellos el nombre de los personajes y las situaciones.
Publicarán antología
La comunicación entre las partes se dio mediante una enorme pantalla en la que se proyectaba el texto que iban creando los escritores en una laptop, así como las preguntas o sugerencias que tenían para los lectores.
El relato de Almazán se situó en Sinaloa: el de “un bato sentenciado a muerte por un sicario” apodado El Buche Prieto. El motivo era una deuda de un millón de pesos, producto de una pelea de gallos.
Fueron muy pocas las participaciones de los asistentes, una que otra sugerencia de apodo para los personajes y preguntas al autor sobre el significado de ciertas palabras muy sinaloenses.
Lo mismo ocurrió en su turno con Bef, quien improvisó un cuento situado en el DF, sobre dos malhechores dedicados a deshacerse de los cuerpos de las personas ejecutadas por la mafia.
La música a cargo de Agustín Peña nunca dejó de sonar a lo largo de los 90 minutos que duró la velada; hipnótica, guapachosa, divertida, de la cumbia al punchis punchis, del son al pop y al danzón.
De acuerdo con Julieta Bliffeld, la idea es continuar con las sesiones de Jam de escritura una vez por mes de aquí a que concluya el año. En principio, en diferentes sedes de la ciudad de México, aunque no se descarta llevarlo a otros puntos de la República. Con el material creado se integrará una antología, que será editada y distribuida de manera gratuita gracias al auspicio de editorial Mondadori.