Eugenio Hernández hace la denuncia ante Calderón
El Presidente se queja de gran presión política
Viernes 9 de julio de 2010, p. 2
Matamoros, Tamps., 8 de julio. Con zonas aún incomunicadas por las inundaciones causadas por la tormenta Álex y la amenaza de más lluvias por Bonnie, en Tamaulipas el gobernador priísta Eugenio Hernández recibió al presidente Felipe Calderón con reproches porque la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no le informó que las presas estaban llenas.
En principio sí nos quejamos, porque faltaba atención, faltaba información, no teníamos una comunicación
, expresó el gobernador luego de que sus colaboradores informaran que la presa de La Amistad estaba a 95 por ciento de su capacidad, El Cuchillo a ciento por ciento y Cerro Prieto a 93 por ciento.
Revelada esta falta de coordinación entre autoridades, Calderón reviró al gobierno estatal que los agricultores tamaulipecos, a quienes calificó como de los más importantes del país, ejercen gran presión política
sobre el uso de las presas.
Por lo anterior, se pronunció por alcanzar un acuerdo muy firme
para evitar el riesgo de inundación y poner la seguridad de los habitantes por encima de cualquier otro interés, e insistió que el gobierno federal hace manejo responsable de las presas.
Sin aludir abiertamente al conflicto con los agricultores tamaulipecos, el director de la Conagua, José Luis Luege, ya se había quejado de que hay serias dificultades políticas
a la hora de tomar decisiones por los propios intereses de los distritos de riego, y añadió: saben perfectamente cuál es la dificultad a la hora de tomar una decisión de vaciado de las presas
.
Tras la tormenta Álex, que provocó una muerte en esta entidad, no llegó la calma, porque los alegatos políticos afloraron desde el momento en que Calderón aterrizó en esta ciudad para evaluar los daños, sin salir del aeropuerto.
Su visita se dio además en un contexto complicado: dos semanas después del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, quien era candidato del PRI a gobernador. De modo que Calderón aprovechó para reiterar su pésame y se limitó a hablar con autoridades y hacer un recorrido en helicóptero, sin entrar en contacto con la población afectada.
El primer tema que Hernández Flores puso sobre la mesa fue que se evacuó a 41 mil 781 personas de sus comunidades, pero aún hay otras incomunicadas, por lo que pidió encarecidamente
helicópteros, toda vez que la Marina trasladó los suyos a otra entidad.
Sabás Campos, director de la Comisión Estatal de Agua, fue quien pidió a Calderón en presencia de Luege que instruyera a la Conagua que entregara en tiempo y forma información sobre la evolución hidrométrica de las cuencas.
Se quejó de que no disponen de datos sobre las presas El Cuchillo y Venustiano Carranza ni la magnitud de las avenidas en los cauces El Salado, Las Vacas, San Rodrigo y de todos los afluentes que llegan al río Bravo.
Demandó revisar la política de almacenamiento de presas, ya que la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos las vaciaba en 20 por ciento cuando empezaban las lluvias para evitar inundaciones.
Culpó a los sobrealmacenamientos
de las anegaciones, y mencionó que cuando ingresó Álex la presa Falcón estaban a 63 por ciento de su capacidad, la Venustiano Carranza a 69, la Marte R. Gómez a 67 por ciento.
El gobernador también señaló ante el mandatario federal que solicitaron que también se haga la declaratoria de desastre de los municipios de Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Camargo, Díaz Ordaz, Llera, Gómez Farías, Xicoténcatl, San Carlos y San Nicolás.
La respuesta de Calderón fue: no estamos regateando
el apoyo que debe darse, y añadió que, por el contrario, modificaron las reglas del Fondo Nacional de Desastres, lo que permitió el envío de un adelanto.
Ante las inquietudes mostradas por las autoridades locales por la amenaza de que entre la tormenta tropical Bonnie, el Presidente enfatizó que estaban listos, e informó de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para el uso de un canal de alivio de ese país para realizar el desagüe de la presa Falcón.
Para Calderón, el riesgo de una nueva inundación está minimizado o salvado
sin importar lo que llueva en Matamoros, donde todavía había mal tiempo.