El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, defendió en Perú la estrategia seguida por el gobierno federal para combatir el crimen organizado. Dijo que el uso del Ejército era necesario por la falta de capacidad de las policías, aunque también señaló que en los pasados tres años aumentaron en 300 por ciento las quejas por violaciones a derechos humanos cometidas por militares.

En visita de trabajo a aquel país, donde suscribió un convenio con la Defensoría del Pueblo de Perú, el ombudsman también comentó que las recomendaciones que se han dirigido a la Secretaría de la Defensa Nacional han tenido buena aceptación, señala un comunicado de la CNDH.

Expresó que en México se ha avanzado bastante en materia de derechos humanos pero falta mucho camino por recorrer, porque la función de policía no le corresponde al Ejército; sin embargo, por una condición de emergencia, ante la falta de instituciones policiales sólidas, tuvo que tomarse la decisión de incorporar a los miembros de ese instituto a una labor que no le corresponde. Confió en que pronto la autoridad civil y las policías puedan hacerse cargo de sus funciones para garantizar la seguridad en el país.

En cuanto al aumento en las quejas, pasaron de 700 en 2006 a entre 2 mil 200 y 2 mil 500 en 2009.

Plascencia también se pronunció a favor de que las autoridades civiles realicen un balance y determinen si es conveniente continuar con esta estrategia, o bien, debe modificarse, para evitar que la sociedad resulte vulnerada, y sin que ello implique una merma en el combate a la delincuencia.

Insistió en que es incorrecto que con el pretexto de terminar con el crimen organizado se violen los derechos humanos. No hay justificación alguna para combatir a la delincuencia actuando como delincuente; por el contrario, la autoridad debe ser la primera responsable de respetar la ley.

En relación con la respuesta que han tenido las recomendaciones de la CNDH dirigidas a las fuerzas armadas, Plascencia dijo: “hasta ahora hemos tenido una gran sensibilidad por parte del general secretario (Guillermo Galván) que está al frente de las fuerzas armadas”. Comentó que la Sedena creó dos áreas especializadas en atender asuntos en materia de violaciones y promoción de derechos humanos, así como para fomentar entre los militares una cultura de respeto a las garantías fundamentales.