Mueller y Forlán llegan a cinco goles; Klose, en la banca, no pudo igualar marca de Ronaldo
Los germanos remontaron el marcador y en el último minuto la celeste estuvo a punto de empatar
El árbitro mexicano Armando Archundia alcanzó su octavo encuentro mundialista
Domingo 11 de julio de 2010, p. 2
Puerto Elizabeth, 10 de julio. Alemania se alzó hoy con el premio de consolación del Mundial de Sudáfrica, el tercer lugar, al superar 3-2 a Uruguay en un trepidante partido.
El estadio Nelson Mandela fue escenario de una pequeña final que cambió varias veces de mano y no pareció un choque entre equipos deprimidos por sus derrotas en semifinales.
Abrió la cuenta para Alemania Thomas Mueller a los 19 minutos e igualó a los 28 Edinson Cavani. Desniveló para Uruguay Diego Forlán, a los 51, y puso el 2-2 Marcell Jensen, a los 56. A ocho minutos del término llegó el gol de la victoria germana por conducto de Sami Khedira.
Tanto Forlán como Mueller alcanzaron la marca de cinco anotaciones en el torneo, con lo que igualaron al español David Villa y al holandés Wesley Sneijder, quienes este domingo se verán las caras en la final y lucharán mano a mano por el título de máximo artillero.
Con su victoria, Alemania repitió el tercer lugar obtenido en su propia casa en 2006, mientras Uruguay no pudo cobrarse revancha de la caída ante idéntico rival en México 1970, cuando también debió contentarse con el cuarto puesto.
El técnico uruguayo Óscar Tabárez puso hoy en el campo lo mejor que tenía, mientras que su colega alemán Joachim Low decidió darle minutos de juego al portero Hans Jorg Butt, al lateral Dennis Aogo –debutantes en el Mundial– y a Cacau, que había jugado poco. Por una gripe se quedó fuera el capitán Phillip Lahm y por un dolor en la espalda Miroslav Klose, quien no pudo igualar el récord de Ronaldo como máximo artillero en la historia de los mundiales al quedarse con 14.
Mueller, candidato a ganar el premio al mejor jugador joven de la justa, rompió el cero justo antes de los 20 minutos, cuando entró como un rayo por la espalda de los defensores para tocar de derecha a la red una pelota mal rechazada –quizá efecto Jabulani de por medio– por el portero Fernando Muslera, tras un potente remate de Bastian Schweinsteiger.
De arranque hubo un partido frenético y caliente, que incluyó un gol anulado a Alemania, un cabezazo en el travesaño de Arne Friedrich, un par de amarillas para los europeos y un tiro libre de Forlán que se fue muy cerca.
Hubo 10 minutos de pausa en el campo, aunque no en las gradas, donde la gente se divertía haciendo la ola y los hinchas sudafricanos abucheaban a Luis Suárez –satanizado tras su mano que dio el penal contra Ghana– cada vez que entraba en contacto con el balón.
Entonces llegó el 1-0 y el partido pareció ponerse a pedir de boca de una Alemania veloz y potente para el contrataque, como había dado sobradas muestras frente a Inglaterra y Argentina. Cuando no tuvo espacios para hacerlo, en semifinales frente a España, en lugar de goleada hubo derrota.
Pero Uruguay pronto echó un balde de agua fría sobre los hombres de Low. Al minuto 28, Diego Pérez quitó la pelota en gran forma tirándose a los pies de Schweinsteiger e inició un contragolpe fulminante. Suárez vio llegar solo por izquierda a Cavani, y el hombre del Palermo tuvo su bautismo de gol tocando con justeza al segundo palo de Butt.
Todo como al principio y pronto hizo su aparición en escena un diluvio de corte marítimo en la ciudad portuaria. Por entonces Alemania buscaba más, pero la celeste defendía firme, con gran actuación de Jorge Fucile, hoy sobre la banda derecha, y la voz de mando del capitán Diego Lugano en el centro.
Al regreso del intervalo, tras una breve presión inicial alemana, fueron los uruguayos quienes doblaron el brazo a su rival.
Primero Butt contuvo un remate a Suárez y enseguida Forlán no perdonó, demostrando una vez más que le sobran recursos: Egidio Arévalo tiró una pared con Suárez por derecha y lanzó el centro. El delantero del Atlético de Madrid, uno de los candidatos al Balón de Oro del Mundial, sacó un remate de volea, el balón primero pegó en el pasto y se fue a la red, al minuto 51.
Parecía que la balanza se inclinaba para los celestes, pero ya se sabe que Alemania tampoco se da por vencida. Y un nuevo error de Muslera, cinco minutos después, allanó el camino al empate: centro largo de Jerome Boateng, mala salida del portero y cabezazo a meta de Jansen.
El partido se hizo de ida y vuelta y los aficionados agradecieron el espectáculo. Butt salvó luego dos veces, ante Suárez y Forlán. Alemania no llegaba con tanta claridad, pero metía miedo en las jugadas de pelota parada, en los centros y en la media distancia.
Y la tendencia se acentuó en el último cuarto de hora, con la lluvia de regreso. Tras un córner que Lugano no pudo alejar, la pelota quedó dando vueltas en el área chica y Khedira cabeceó para el 3-2.
Un Uruguay orgulloso y digno se lanzó en busca de la épica, pero esta vez no pudo ser: en el instante final, Forlán sacudió el travesaño con un tiro libre y Armando Archundia pitó el final. El árbitro mexicano, de buena actuación, sólo tuvo un yerro: al minuto cuatro perdonó la expulsión del alemán Aogo, quien dio una artera plancha y sólo le mostró la amarilla.
Archundia posee el récord de duelos dirigidos en mundiales con ocho encuentros, igualado con el uruguayo Jorge Larrionda y el francés Joel Quiniou.
Alemania, el mejor equipo del Mundial hasta el partido con España, según el propio Tabárez, se quedó con el consuelo del tercer sitio. La celeste, con el respeto de todos.