Klose se encontraba enfermo, justificó por no alinearlo ante Uruguay
Lunes 12 de julio de 2010, p. 8
Puerto Elizabeth, 11 de julio. El técnico de la selección alemana, Joachim Low, privó a Miroslav Klose de la posibilidad de alcanzar un registro histórico de goles en la Copa del Mundo, en la que terminaron terceros, pero justificó que no tuvo más opción que dejar fuera al jugador, afectado por una gripe.
Klose, quien cayó enfermo después de la semifinal ante España, estuvo a una anotación de igualar a Ronaldo, quien registra 15 goles en este tipo de certámenes, y con sus 32 años es difícil que vuelva a jugar otro Mundial.
Low dijo que obtener el tercer lugar era la prioridad de la mannschaft y que la inclusión de Klose pudo haber afectado el funcionamiento del equipo en el duelo ante Uruguay, en una gran actuación del cuadro europeo, que ganó 3-2 tras ir abajo 2-1 en el marcador.
Reveló que Klose estaba decepcionado, pero también comprendía la situación y sabía que el equipo era más importante: Quería jugar, pero no tenía sentido porque no podía estar pocos minutos. Apenas podía caminar. No había forma de colocarlo
.
El entrenador consideró que sus jugadores hicieron un torneo digno de campeones
, con 16 goles marcados y las exhibiciones contra Inglaterra en octavos (4-1) y frente a Argentina (4-0), con la mannschaft más joven de los últimos 70 años, que en un futuro puede soñar con la obtención del preciado título.
En cuanto a su futuro, no ha decidido si seguirá en el timón, a pesar de que la Federación Alemana de Futbol desea prolongar su contrato hasta la Eurocopa 2012.
El presidente de su país, Christian Wulff, anunció este domingo que Low recibirá la orden del mérito por sus resultados, especialmente por haber llevado a los germanos a la segunda posición en la Eurocopa 2008 y a la tercera en Sudáfrica.
Los periódicos alemanes alabaron a la selección teutona y le auguraron un futuro brillante, ya que es el segundo Mundial consecutivo en que obtiene el tercer lugar y la tercera vez que termina entre los primeros tras llegar a la final con Brasil, en 2002.
Millones de hinchas se reunieron en puntos estratégicos de la ciudad para ver los partidos y la audiencia en televisión alcanzó niveles récord.