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Se ha logrado mantener en cautiverio hasta 350 ejemplares por año: investigador de la UAM

Avanza plan de conservación del lobo mexicano
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de julio de 2010, p. 30

A 34 años de su creación, el Programa de Conservación del Lobo Mexicano ha logrado mantener en cautiverio de 300 a 350 animales por año, concentrados en 55 albergues, reservas y zoológicos de México y Estados Unidos, informó Jorge Servín Martínez, encargado del programa en México.

En entrevista, agregó que para iniciar con el segundo objetivo, que consiste en liberar a 250 ejemplares, es importante contar con una población genéticamente sana, hallar el área adecuada donde habitarán, y lograr el consentimiento de la comunidad de esa zona.

Lo primero se logra criando lobos que tengan alta calidad genética; nuestro programa ha alcanzado 89 por ciento de variabilidad genotípica, que se consigue reproduciendo animales muy lejanos en parentesco, explicó.

El también investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Xochimilco, indicó que con el fin de encontrar el espacio adecuado para reintegrar el lobo a la vida silvestre aún hay bosques templados con las características adecuadas en la Sierra Madre Occidental (Chihuahua, Durango, Sonora y Zacatecas) y la Sierra Madre Oriental (Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas).

A pesar de que esas zonas cuentan con la topografía, fauna, flora y densidad apropiada, su deterioro avanza, por lo que es necesario pedir que se priorice su conservación y desarrollar programas para evitar mayores afectaciones.

Servín Martínez explicó que para convencer a la gente de permitir que el lobo viva en los bosques cercanos a su comunidad se manejan diversas propuestas, como otorgar una ayuda económica a los pobladores de estas áreas.

Otro planteamiento es que con la presencia del lobo se evitará el crecimiento desmedido de tazcate, árbol que no permite el crecimiento del pasto, pues sus ramas y hojas crecen al nivel del suelo, lo que afecta al ganado.

Detalló que en los años 50, los pastizales del país no tenían tazcate, había buena ganadería. Se va el lobo en los años 60, los coyotes llegan, comen las frutas del árbol y dispersan la semilla cuando defecan; con ello, convierten 100 hectáreas puras de pasto en 80 de árboles y 20 de pasto. Ahora los ganaderos producen sólo 20 por ciento de lo que hace 30 años producían.