Kampala, 12 de julio. El número de muertos por el doble atentado perpetrado anoche en esta capital, mientras fanáticos del futbol disfrutaban del partido entre Holanda y España en la final del Mundial de Sudáfrica, se elevó hoy a 74; el de heridos fue cifrado en 65. Los ataques fueron reinvidicados por la organización islámica somalí Al Shabbad, vinculada a la red Al Qaeda.

Las explosiones ocurrieron en los últimos minutos del partido, en un restaurante repleto y en un club de rugby de la capital ugandesa.

Según las autoridades el balance más reciente es de 74 muertos; sin embargo, se teme que la cifra aumente debido a la gravedad de los heridos. Entre los fallecidos había al menos 60 ugandeses, una irlandesa y 11 etiopes y eritreos. Dos aún no han sido identificados.

El Departamento de Estado sostuvo que un ciudadano estadunidense murió y cinco resultaron heridos.

Nuestros luchadores han causado las explosiones en Kampala. Llamamos al pueblo ugandés a influir sobre sus dirigentes para detener las masacres en Somalia, pero no quisieron escuchar. Advertimos al pueblo de Burundi que retire a sus hombres de Mogadiscio o sufrirán explosiones en Bujumbura (capital del país), declaró un vocero de Al Shabaab, identificado como Ali Muhamed Rage.

Extremistas somalíes amenazaron la semana pasada con realizar atentados en Kampala por la participación de soldados ugandeses en la misión de paz africana en Mogadiscio, la capital de Somalia.

En Uganda se entrena a policías somalíes con la ayuda de la Unión Europea.

Los dos países del este africano aportaron unos 5 mil efectivos a las tropas de paz de la Unión Africana en Somalia.

El presidente ugandés, Yoweri Museveni, aseguró que se encontrará a los autores de la matanza. Su par estadunidense, Barack Obama, condenó lo que llamó ataques cobardes, y la Casa Blanca dijo que la Oficina Federal de Investigaciones ayudará en el caso.

El presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociación, Joseph Blatter, también se sumó a las condenas al doble atentado, el más mortífero cometido en África oriental desde los cometidos contra las embajadas estadunidenses de Kenia y Tanzania, el 7 de agosto de 1998.