La comisión especial del Instituto Federal Electoral (IFE) creada para analizar la viabilidad del voto electrónico en las elecciones federales, entregará la próxima semana al Consejo General el estudio sobre la posibilidad de que este organismo instrumente, con carácter vinculatorio en sus resultados, una prueba en la elección para senadores en 2012. El documento también hará la sugerencia sobre las reformas pertinentes para aplicar este sistema con todas las variables legales necesarias para hacerlo válido.

El presidente de la comisión, Marco Antonio Baños, adelantó que existe consenso entre los partidos de que es viable llevar a cabo este ejercicio –excepción hecha de la representación perredista del Poder Legislativo, que ha externado dudas–, lo que permitiría pasar a una segunda fase, en la que se fijarían los plazos necesarios para aplicarlo.

A pregunta expresa sobre la necesidad de una reforma legal y la eventualidad de que no se apruebe, Baños dijo estar confiado en que se realicen las modificaciones legislativas como parte de un paquete de cambios jurídicos que son indispensables para dar viabilidad a la elección de 2012, entre ellos el relacionado con los cómputos distritales.

El consejero electoral señaló que una segunda etapa que pretende realizar el IFE, con miras a la instrumentación de este ejercicio en 2012, es la propuesta específica de implementación, lo que involucra una cronología de la realización de cada uno de los pasos que el instituto deberá realizar para implementar el sufragio electrónico.

Explicó que el IFE determinó que en principio sea sólo en la elección de senadores, para evitar que el uso de la urna electrónica pudiera convertirse en parte de la polémica de una elección presidencial, donde el escenario puede ser muy cerrado. Lo mismo sería en el caso de los diputados, donde la realización de un sorteo para definir los distritos a aplicar el ejercicio podrían involucrar uno altamente competido.

En el caso de los senadores, dado que existe la opción de acceder por la vía de ser el segundo lugar de la elección, y con ello alcanzar un escaño, posibilita que el factor de la urna electrónica no se convierta en un punto de disputa.