Presenta hoy la Cepal su informe en la 11 conferencia regional de la mujer en Brasilia
No habrá igualdad mientras no se resuelva la carga de trabajo no remunerado: Bárcenas
Martes 13 de julio de 2010, p. 40
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte que el grueso de las mujeres trabajadoras, a diferencia de los hombres, continúa concentrado en sectores de menos productividad, perciben menos ingresos, tienen condiciones laborales más desventajosas y gozan de escasa protección social.
En un informe preparado para la undécima conferencia regional de la mujer en América Latina y el Caribe, que da inicio este martes en Brasilia, el organismo apela a un cambio de bases sociales, políticas y culturales en busca de la igualdad de género, en medio de una crisis económica que desde su aparición, en 2008, exacerbó las desigualdades entre hombres y mujeres.
En el análisis ¿Qué Estado para qué igualdad?, la Cepal resalta que la pobreza afecta en mayor medida a las mujeres que a los varones, y la mayoría de los países de la región presenta un índice de feminidad entre los pobres superior a 100
, lo cual refleja –con base en datos de 2008–, que hay más mujeres que hombres en situación de pobreza e indigencia
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La Cepal examina en su informe los logros y desafíos que enfrentan los gobiernos de la región en materia de igualdad de género, y resalta que el avance hacia la autonomía económica de las mujeres aún es limitado, por las rigideces de la distribución del trabajo reproductivo, y se potencia por la heterogeneidad estructural y la extrema desigualdad social que imperan en la región
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Además, la globalización de la economía ha configurado flujos de mano de obra barata y capital que condicionaron fuertemente las modalidades de inserción laboral femenina, con oportunidades de empleo de signo contradictorio en sus países y en el extranjero
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La secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcenas, considera que no será posible alcanzar la igualdad de género mientras no se resuelva la carga de trabajo no remunerado y de cuidado que recae históricamente sobre ellas. Por ello, se pronuncia por buscar una nueva ecuación virtuosa que incluya al Estado, al mercado y a las familias
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Según el análisis de la Cepal, cuando se mide la carga de trabajo total (remunerado y no remunerado) de varones y mujeres en varios países de la zona se confirma que el tiempo total de jornadas es mayor para el sector femenino, y en todos los casos las mujeres son quienes dedican la mayor parte de su tiempo a los trabajos sin salario.
En Brasil, por ejemplo, las mujeres dedican 56.6 horas semanales al trabajo total, mientras los hombres ocupan 52 horas. En México, ellas dedican 76.3 horas, contra sólo 58.4 de los varones. Cifras de 2008 muestran la condición social en que continúan las mujeres: 31.6 por ciento de 15 años o más en América Latina y el Caribe no tenía ingresos propios, cuando sólo 10.4 por ciento de los hombres estaba en esa condición.
Además, superan a los varones en materia de desempleo 8.3 por ciento contra 5.7 por ciento) y, aunque la brecha salarial entre los géneros ha disminuido –su ingreso medio pasó de 69 por ciento de los hombres en 1990 a 79 por ciento en 2008–, siguen estando sobrerrepresentadas en ocupaciones con menor nivel de remuneración, subrepresentadas en posiciones de alto nivel jerárquico y aún reciben salarios menores para un trabajo de igual valor que el de los hombres
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La Cepal da una serie de propuestas para mejorar la equidad de género. Entre ellas, un nuevo pacto social de redistribución del trabajo total entre unos y otras, a fin de facilitar el acceso de éstas al mercado laboral, en el marco internacional de los derechos humanos.
También menciona tomar todas las medidas necesarias desde el Estado, ya sean legislativas, institucionales, educativas, de salud, fiscales o de participación de las mujeres en la toma de decisiones con la finalidad de eliminar los sesgos de género en el mercado laboral y superar la brecha salarial, la segmentación y la discriminación. Asimismo, garantizar los derechos de las mujeres en el mercado laboral y las familias, de manera que cuenten con todas las condiciones necesarias para conquistar la autonomía económica, física y en todas las esferas de la toma de decisiones.