Prosigue el INAH la exploración en Cañón del Embudo, Chihuahua
Martes 27 de julio de 2010, p. 7
Una serie de vestigios de casas cónicas y pintura mural fueron descubiertas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el sitio Cañón del Embudo, en Chihuahua.
El hallazgo refiere que estos grupos se refugiaron en este rocoso lugar durante la persecución que sufrieron en Estados Unidos hacia 1850.
Además, en este mismo sitio arqueológico, el más grande de la Sierra Madre occidental, también se encontró gran cantidad de piezas de cerámica y cestería, así como herramientas de la cultura paquimé, de los años 900 a 1450 dC.
Estos descubrimientos se realizaron durante los trabajos de investigación y conservación que se realizan en el lugar, que cuenta con más de 20 cuevas dentro de las cuales hay construcciones prehispánicas conocidas como casas en acantilado
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La investigación se desarrolla con recursos aportados por la Fundación J.M. Kaplan, por conducto de la World Monuments Fund, que ascienden a 75 mil dólares.
Eduardo Gamboa, director del Centro Cultural Paquimé y responsable de los trabajos de investigación en el Cañón del Embudo, informó que en la meseta de la montaña se localizaron vestigios de antiguos grupos apaches, entre los que resalta una aldea con restos de 20 tipis (casas apaches o tiendas cónicas), que fueron ocupadas de 1850 a principios del siglo XX, como refugio ante la persecución en Estados Unidos.
Llegaron a ocultarse en este sitio porque lo consideraban un lugar sagrado de sus ancestros. Por eso durante su estancia no habitaron en las casas en acantilado, sino que construyeron sus tipis; en las viviendas prehispánicas que hay en las cuevas sólo hacían ceremonias y en ese contexto pintaron el mural que también encontramos.
Dicho mural, dijo, está pintado en dos cuartos de uno de los conjuntos habitacionales que los arqueólogos han denominado Cueva de las Pinturas Apaches, donde estos grupos dejaron plasmadas escenas en las que aparecen montados a caballo; en él predomina el color negro porque fue elaborado con ceniza, a diferencia de las pinturas prehispánicas trabajadas con pigmentos de colores.
El arqueólogo dijo que dentro de otras cuevas también se encontraron artefactos de metal y gran cantidad de rastrojo, principalmente para caballos, lo que indica que esos espacios fueron usados por lo apaches para resguardar animales.
Gamboa añadió que durante los trabajos de restauración que se realizan en la Cueva de Las Jarillas –donde se conserva uno de los conjuntos de casas en acantilado
más grandes de toda la región– se localizaron gran cantidad de objetos prehispánicos de la cultura paquimé, entre los que destacan piezas de turquesa, concha, cerámica de la región de Madera, con imágenes que hacen referencia a la arquitectura y sus deidades totémicas como la del perico.
También fue hallada otra pintura mural, ésta de la cultura paquimé, en la que están plasmadas figuras de humanos con cabezas de animales y seres que combinan diversas partes de aves y peces.
Detalló que las piezas prehispánicas localizadas permiten advertir cómo vivió la cultura Paquimé en las casas en acantilado
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