Raúl Castro rompe la tradición y guarda silencio al conmemorar el asalto al cuartel Moncada
José Ramón Machado, segundo al mando, fue el principal orador en festejos de la revolución
Fidel Castro, ausente en la celebración, habla con intelectuales sobre la situación internacional
Martes 27 de julio de 2010, p. 18
La Habana, 26 de julio. En un gesto desacostumbrado, el presidente Raúl Castro guardó silencio en la principal fecha del calendario político en Cuba, mientras el segundo hombre al mando, José Ramón Machado Ventura, advirtió que la reforma económica anunciada hace tres años se hará paso a paso
y sin soluciones populistas, demagógicas o engañosas
.
El mandatario rompió el lunes una de las más arraigadas tradiciones políticas de la isla. Durante más de medio siglo, el 26 de julio ha sido la fecha de mayor relieve en la vida pública del país, al recordarse el primer hecho de armas de la revolución cubana. Con contadas excepciones, Fidel Castro fue el orador principal, mientras estuvo en activo, y Raúl lo hizo en los últimos tres años.
El presidente cubano asistió a la habitual ceremonia, esta vez en la ciudad de Santa Clara (en el centro de la isla), pero el orador oficial fue el primer vicepresidente del gobierno y del Consejo de Estado, quien ha ejercido durante décadas como el operador principal del aparato del Partido Comunista.
Raúl también se había quedado callado en mayo último, cuando asistió al congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Los productores privados, que generan 70 por ciento de los alimentos producidos en Cuba, pidieron entonces más libertad para vender su mercancía. La respuesta oficial fue de mayor rigor en el control del comercio de alimentos y aumento de impuestos al sector y estuvo a cargo del vicepresidente del gobierno y ministro de Economía, Marino Murillo.
Cambio de orador sin precedente
La celebración del 26 de julio ha sido un ceremonial casi intocable en Cuba. En 1969 se canceló por la campaña azucarera de la época. En 1992 se pospuso por un viaje de Fidel Castro y en 1994 y 1997 fue Raúl el orador principal. Pero nunca ninguno de los dos hermanos había dejado de estar en la tribuna principal.
El silencio de Raúl Castro ahora deja abierta la incógnita sobre el consenso en la cúpula cubana respecto al rumbo de la reforma. La referencia de Machado a fórmulas populistas, demagógicas o engañosas
sugiere que al menos una corriente de opinión está siendo rechazada.
Actuando en este caso como portavoz oficial, Machado anunció que el gobierno continuará “paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones, para no errar y dejar atrás definitivamente errores o medidas que no se avienen a las condiciones actuales.
Continuaremos el estudio, el análisis y la toma de decisiones que conduzcan a superar nuestra eficiencia en todos los órdenes
, sin aceptar presiones
ni campañas de la prensa extranjera
, añadió Machado.
En su más reciente referencia pública al tema, en abril, Raúl Castro había dicho que la forma de garantizar la supervivencia del sistema político cubano era la reforma, que él mismo llamó la actualización de nuestro modelo económico
.
Raúl lanzó en 2007 el plan de emprender cambios estructurales y de conceptos
, pero después de intensos debates pidió tiempo y paciencia. En abril pasado el cardenal Jaime Ortega expuso que el aplazamiento de las reformas produce impaciencia y malestar en el pueblo
y en mayo los reclamos de la ANAP fueron ampliamente difundidos por los medios informativos locales.
En La Habana, Fidel Castro se reunió con un grupo de intelectuales, entre ellos Amaury Pérez, Silvio Rodríguez y el líder del grupo religioso Pastores por la Paz, Lucius Walker, con quienes habló sobre su visión de la situación internacional. Poco antes, con su atuendo militar, depositó una ofrenda floral ante el monumento al héroe independentista José Martí.