Naufraga corte de listón
estejo sin corte de listón de por medio, no vale la pena. Bien lo dijo hace 92 años el dictador Porfirio Díaz cuando el comité organizador del centenario de la Independencia le presentó en Palacio Nacional un programa lleno de conferencias y debates en los que participarían los eruditos de la época para evaluar la situación del país, sus problemas más graves y la mejor forma de solucionarlos. Aunque no se oponía a esos debates (que podrían ser aprovechados por unos cuantos para cuestionar su permanencia en el cargo y su forma de gobernar), sugirió la necesidad de hacer obra que perdurara, como monumentos, mercados, parques con corte de listón y placa alusiva. Así se hizo y las fotos y películas mudas muestran al general lleno de condecoraciones escuchando a los jilgueros de entonces hablar bien del régimen y quien lo presidía.
Un siglo después, los festejos tienen su Discutamos México, difundido en la radio y la televisión, fallidos mensajes elaborados por el nuevo Siervo de la Nación y quinto coordinador de los festejos, donde se exalta el orgullo de pescar en el Ajusco, ser globo desinflado o bañarse en las playas de Texcoco; hay lotería del Bicentón, regalo de libros de historia y otras originales iniciativas. Pero el corte de listón naufraga pese a que la Secretaría de Educación Pública lleva las riendas de las fiestas.
El titular de esa dependencia, Alonso Lujambio, trabaja 48 horas al día, pero no así la empresa que levanta la Estela de Luz y la plaza donde estará ubicada; tampoco la responsable de remozar la sala principal del Palacio de Bellas Artes, que se reabrirá con una gran gala y la asistencia del licenciado Calderón y la amigocracia que lo acompaña en el gabinete legal y el ampliado, los 30 prominentes de la iniciativa privada y las estrellas de las telenovelas, el deporte y la música.
Tampoco habrá oportuno corte de listón en los recuperados Teatros Centenarios y mucho menos en el Parque Bicentenario, en los terrenos donde estuvo la refinería de Azcapotzalco, para muchos la obra más importante por su original propuesta de divulgación ecológica. El Museo del Cine queda para 3010.
Así las cosas, lo único que sí estará listo es el gran desfile que partirá del Zócalo y concluirá en Chapultepec, los diversos componentes de la llamada cultura viva
y la gran verbena popular en el Zócalo y otros sitios del Centro Histórico. Destaca el espectáculo mediático del australiano Ric Birch, contratado directamente por el nuevo Siervo de la Nación, el abogado José Manuel Villalpando. El inicio de ese histórico
show que durará tres días y consume casi mil millones de pesos (un tercio del presupuesto de las fiestas), no contempla corte de listón. Como sin listón no hay fiestón, inventan algo que se le parezca.