Necesarias, más libertades individuales y colectivas: Palabra Nueva
Sábado 31 de julio de 2010, p. 18
La Habana, 30 de julio. Tomando parte en el debate sobre las reformas en Cuba, un analista vinculado a la Iglesia católica pidió más oportunidades laborales y menos restricciones a las libertades individuales y colectivas
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Orlando Márquez, director del mensuario católico Palabra Nueva, propuso preservar los beneficios logrados en estos años y eliminar las políticas contraproducentes, trabajar en lo que dignifica al ciudadano, en lo que posibilita al desarrollo, al tiempo que (se) protege al que esté en desventaja
.
Con esa fórmula los ciudadanos quedamos liberados de controles excesivos para poder adelantar proyectos personales, que a la postre pueden ser beneficiosos para la sociedad
, añadió el articulista.
De esa forma el Estado se liberaría de cargas económicas, burocráticas e ideológicas innecesarias, que le drenan la yugular, los almacenes y hasta ciertos argumentos, y el país sería un espacio más agradable y armonioso para todos
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La publicación es el órgano del arzobispado de La Habana y suele incluir análisis sociales y económicos, además de textos sobre la vida religiosa.
Márquez añadió que el dilema no está entre capitalismo y socialismo, sino entre lo que funciona y lo que no
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Criticando implícitamente algunas regulaciones del sistema cubano, el articulista católico preguntó: “¿Puede alguien demostrar que es malo que alguna persona tenga iniciativa empresarial y otra prefiera ser asalariada? ¿Quién puede tener interés en frenar el ‘cuentapropismo’ (microempresa) que oxigena los pulmones del Estado y la economía doméstica? ¿Cómo llamar ‘propiedad’ a una casa o a un auto que no pueden ser vendidos o regalados por su dueño legítimo?”
O bien, agregó Márquez, ¿cómo hacer razonar a un atleta que no puede ser contratado en el exterior, después, digamos, de cumplir ciertos compromisos nacionales, pero su entrenador sí tiene ese derecho? ¿Cómo aceptar que un extranjero pueda invertir en mi país y yo no?
No hay razones capaces de explicar las limitaciones al ejercicio de la libertad humana, ni argumentos que den razón del exceso de enfermizos controles burocráticos; del mismo modo que no hay discurso ni ideología que pueda defender o justificar fórmulas económicas y sociales cuya ineficacia ha sido largamente demostrada e innecesariamente padecida.