En su mensaje televisivo semanal, en tiempos oficiales del Partido del Trabajo, Andrés Manuel López Obrador condenó ayer la entrada en vigor de la ley Arizona y la situación que viven los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Cuestionó que frente a ello, el gobierno de Felipe Calderón aplique una política de silencio cómplice.

Además, criticó que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no haya cumplido con la promesa que hizo en campaña de aplicar una política migratoria distinta, humanitaria, en tanto continúan en ascenso las deportaciones. Estamos hablando de más de mil deportados diarios, señaló.

Consideró muy triste y lamentable la situación de los mexicanos en el país vecino, y que la desesperación y la desgracia de nuestros paisanos sean utilizadas por los partidos Republicano y Demócrata electoralmente rumbo a los comicios de noviembre en aquella nación.

Los republicanos actúan de manera radical, inhumana, racista con esta ley, y los demócratas no quieren definirse en favor de la migración. Obama aplica de manera severa la legislación (migratoria) existente y se están incrementando las deportaciones, al grado que se están deportando más mexicanos ahora que cuando estaba (George W.) Bush en la presidencia de la República, afirmó el ex jefe de Gobierno capitalino.

Pero, se preguntó, ¿por qué los mexicanos que por necesidad tienen que ir a Estados Unidos tienen que padecer esa humillación? Porque en México no hay trabajo, por la política económica impuesta desde hace 27 años y por la inseguridad, se respondió.

Calculamos que se han ido 25 mil familias, sobre todo de los estados del norte. Estamos hablando de pequeños y medianos comerciantes que tenían negocios en México y se están mudando, lo que significa, alertó, la pérdida de mano de obra.

Andrés Manuel López Obrador advirtió que mientras sigan en aumento el desempleo y la inseguridad en el país, no hay nada que enfrente el problema de la migración.

En tanto, la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados afirmó ayer que a pesar de que suspendieron los aspectos más álgidos de la ley SB 1070, eso no implica que se haya hecho justicia, ya que prevalecen actos de racismo y xenofobia.

Cada año emigran a Estados Unidos más de 800 mil mexicanos y aun cuando 400 mil de ellos son deportados, generan ingresos legales por 53 mil millones de dólares para ese país, por lo cual la ley SB 1070 se convierte en un problema económico y no de retórica”, sostuvo.

En un documento explica que los migrantes mexicanos cubren 17 por ciento de la demanda total de empleo en Estados Unidos. Menciona que un estudio de BBVA Bancomer destaca que sólo en 2008 los mexicanos enviaron desde Estados Unidos remesas por 25 mil millones de dólares.

De su lado, Isidro Pedraza Chávez, dirigente de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina (UFIC), urgió a los tres poderes de gobierno, así como a los sectores productivos del país a focalizar acciones para enfrentar los impactos negativos de la Ley SB1070 como la deportación masiva de mexicanos y la reducción de las remesas.